Pablo Gómez Perpinyà es diputado electo de Más Madrid y el responsable de una exitosa campaña electoral en la que “hemos tenido una disputa por el sentido de lo madrileño”, donde por un lado ha estado la libertad “entendida como privilegio”, defendida por Díaz Ayuso, y la libertad “como expresión de la justicia social”. Esta es una disputa “que no está cerrada” y que “va a prefigurar la batalla política que vamos a vivir en 2023”. De cara al futuro, llama a extraer lecciones del 4-M y subraya que “la manera más eficaz de luchar contra la ultraderecha es aquella que pone en el centro de la discusión los asuntos concretos del día a día”. Desde luego no el cordón sanitario por el que apostaron PSOE y Unidas Podemos, porque, según el diputado de MM, le concede a Vox “ese carácter de partido outsider, que puede apelar al voto regeneracionista, cuando es un partido que se ha criado en los viveros del PP más nefasto”.
¿Qué balance hace del resultado de las elecciones madrileñas?
Mi balance es negativo, porque teníamos un objetivo por encima de todo: desalojar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. Desgraciadamente, no lo hemos conseguido. Es indudable que nosotros, como Más Madrid, con Mónica García a la cabeza, hemos logrado un gran resultado electoral, que nos convierte en la primera fuerza de la oposición. Pero a pesar de que ese resultado parcial es positivo, nuestro balance no puede ser triunfalista. Nos tiene que servir para adquirir mayor conciencia de que tenemos que trabajar con mayor intensidad si cabe de cara a 2023. No ya para ser la primera fuerza de la oposición, sino para ser alternativa de gobierno.
¿Se esperaba el resultado de Más Madrid al arrancar la campaña? Han conseguido el sorpasso al PSOE que no consiguió Podemos en su día.
Cuando nos presentamos a las elecciones, lo hicimos con el objetivo de gobernar en la Comunidad de Madrid. Éramos conscientes de que no habría mayorías absolutas, de que harían falta acuerdos entre diferentes fuerzas. Lo dijimos con claridad, nuestra prioridad era formar un gobierno progresista, capaz de revertir la injusticia fiscal que existe en la Comunidad y los recortes en sanidad y educación. Mónica García ha sido capaz de conectar con muchísima gente que, conforme ha ido conociendo a nuestra candidata, se ha ido sumando a esa ola verde y madrileñista. En ese sentido sí hemos cumplido con nuestros objetivos de campaña. Pero es indudable que este éxito relativo tiene que ver con el trabajo que hemos hecho en todos los meses previos, liderando la oposición a Isabel Díaz Ayuso.
¿El grueso de sus votantes proviene del PSOE? ¿Han podido dibujar el perfil de su votante tipo?
Es un ejercicio difícil, habrá que esperar a los estudios poselectorales que nos aportarán un poco de luz. Lo que sí tenemos claro, y las encuestas así lo decían, es que Más Madrid es el partido más transversal. Por lo menos, del bloque progresista. Hicimos una apuesta por elevar el nivel de la discusión política y que el ruido que algunos partidos estaban intentando instalar fuera sustituido por unas propuestas de lo que de verdad importa. Hablar específicamente de la sanidad, de la educación, de los problemas de las familias madrileñas. Y creo que eso se ha visto recompensado.
Para un partido madrileño y madrileñista como es Más Madrid, ¿qué le parece esta especie de nacionalismo madrileño que ha impulsado Díaz Ayuso?
Isabel Díaz Ayuso ha defendido el independentismo de los ricos. Esa ha sido su propuesta política. De hecho, hay una gran coincidencia táctica y estratégica entre lo que ha hecho Torra en Cataluña y lo que ha hecho Díaz Ayuso en Madrid. Defienden exactamente los mismos privilegios fiscales. Uno de los debates que ha subyacido en esta campaña tenía que ver con el sentido de lo madrileño, con dos propuestas. Por un lado, un Madrid con una expresión de libertad entendida como privilegio, que es lo que ha hecho Díaz Ayuso desde el primer día, utilizando Madrid como la vanguardia de la oposición neoliberal al gobierno de España. Por otro, un Madrid en el que la libertad se entiende como expresión de la justicia social. Hemos tenido una disputa por el sentido de lo madrileño, que no está cerrado ni mucho menos, y que va a prefigurar la batalla política que vamos a vivir de cara a 2023.
“Ayuso ha tenido la habilidad de poner en el centro de la discusión algunas de las preocupaciones de los madrileños. Por ejemplo, la cuestión de la libertad, de la recuperación económica, de la vuelta a la normalidad, de nuestra forma de vida”
¿Dónde han estado las claves del triunfo de Isabel Díaz Ayuso?
Quizá es temprano para sacar demasiadas conclusiones. Sí puedo decir que no comparto la opinión de quienes piensan que la ciudadanía acude a las elecciones engañada y que, al final, Díaz Ayuso logra un gran resultado como consecuencia de un engaño masivo. Esta forma de entender la política y de minusvalorar la capacidad de elección de la gente es un error en toda regla. Isabel Díaz Ayuso ha tenido la habilidad de poner en el centro de la discusión, de una manera seguramente torticera, algunas de las preocupaciones de los madrileños. Por ejemplo, la cuestión de la libertad, de la recuperación económica, de la vuelta a la normalidad, de los usos y costumbres de nuestra gente, de nuestra forma de vida. Ella ha generado un estado de opinión que ha sido relevante desde el punto de vista electoral, por una posible amenaza a esos usos y costumbres. No podemos obviar tampoco que la tendencia global de los procesos electorales, en plena pandemia, es a primar la estabilidad institucional frente al cambio.
Junto con esto, la izquierda tiene que hacer una reflexión que para mí no parte de un análisis en negativo del electorado. El pueblo de Madrid es soberano y ha elegido siendo consciente de lo que elegía. Las fuerzas políticas progresistas nos hemos entretenido en el pasado, en discusiones que muchas veces quedaban lejos de las preocupaciones de la gente. Es evidente que las fuerzas progresistas tienen que sacar una conclusión muy importante. En el colegio, a los alumnos se les pide que hagan trabajo día a día, porque el último día es muy difícil estudiarlo todo de cara al examen. Aquí pasa lo mismo. Es importante que todas las fuerzas progresistas se tomen en serio el trabajo en la Asamblea de Madrid, que entiendan que la oposición se hace en el día a día, no sólo en la recta final de la campaña.
«Hay una gran coincidencia táctica y estratégica entre lo que ha hecho Torra en Cataluña y lo que ha hecho Díaz Ayuso en Madrid. Defienden exactamente los mismos privilegios fiscales»
En los reportajes que han aparecido tras las elecciones, los madrileños a los que se les ha preguntado citaban tres claves de por qué han votado a Díaz Ayuso: las restricciones laxas, la defensa de empleos en la hostelería y comercio que ha hecho la presidenta y el temor a Pablo Iglesias. ¿Por qué se teme más a Iglesias que a una fuerza de ultraderecha como Vox?
Bueno, no sé si se teme más a Iglesias que a Vox. Vox no ha sacado un resultado espectacular, de hecho ha sacado un porcentaje de votos incluso inferior al de otras comunidades. Pondría en duda esa tesis. Hay un factor que no he mencionado antes, y es que el PP lleva 26 años gobernando de manera ininterrumpida en la Comunidad de Madrid. Eso cambia el comportamiento electoral, la manera de vivir de muchas generaciones que prácticamente no conocen otra cosa que la forma de entender la vida, la sociedad, la política y la economía que la del PP. Cuando un partido lleva muchos años en un gobierno, las instituciones se resienten, desde un punto de vista democrático. Eso lo hemos visto en el día a día de la Comunidad, como el PP hace uso de las instituciones como algo de su propiedad. Una cierta alternancia, desde el punto de vista de la salud democrática, siempre es deseable.
No creo que sea cierto que los madrileños teman más a Pablo Iglesias que a Vox, creo que eso daría para una reflexión más profunda. Pero es indudable que la concurrencia de Iglesias ha logrado una movilización extraordinaria dentro del bloque de la derecha. Eso es evidente, lo decía él mismo en la noche electoral. Seguramente tengamos que hacer una reflexión pausada sobre qué tipo de discursos movilizan más al adversario y qué tipos de discursos les desarman. Siempre he pensado que la manera más eficaz de luchar contra la ultraderecha es aquella que pone en el centro de la discusión los asuntos concretos del día a día. El Partido Socialista también defendía el cordón sanitario a Vox, que desde mi punto de vista tampoco es eficaz, porque le concede ese carácter de partido outsider, que puede apelar al voto regeneracionista, cuando es un partido que se ha criado en los viveros del PP más nefasto.
“Las fuerzas políticas, de izquierdas y de derechas, han minusvalorado el espacio político de Madrid y lo han querido convertir en una especie de escaparate de la política nacional”
El CIS les coloca al alza. ¿Es posible trasplantar el éxito de Más Madrid a toda España? ¿Es posible abrir un espacio verde?
Si atendemos a las tendencias que se están dando en Europa, nos damos cuenta de que son las fuerzas políticas verdes las que han enfrentado los grandes retos en los últimos años. Fueron precisamente las fuerzas políticas verdes las que frenaron el auge de la extrema derecha en Bélgica, en Austria, en Alemania. Eso tiene que ver no con construcciones ideológicas del siglo XIX. Tampoco con basar la discusión política en los debates de las diferentes familias de la izquierdas, sino con basarla en asuntos concretos y en una palabra que se ha convertido en revolucionaria, que es el bienestar. Tenemos que volver a ponerla en el centro de la política. Dicho esto, también digo que los resultados de las elecciones en Madrid explican la coyuntura política madrileña. Creo que los madrileños nos hemos ganado el derecho a poder hablar de nosotros mismos. Las fuerzas políticas, de izquierdas y de derechas, han minusvalorado el espacio político de Madrid y lo han querido convertir en una especie de escaparate de la política nacional. Soy consciente de que lo que pasa en Madrid influye mucho en España, eso es indudable. Pero Madrid se ha ganado el derecho a ser un espacio político propio, a ser un pueblo en una España que, de facto, opera como una España federal.
¿Cómo valora el proyecto de López de Uralde de crear un partido verde dentro de Unidas Podemos? ¿Hay espacio para dos partidos verdes?
La verdad es que no conozco mucho está propuesta… Históricamente ha habido muchos partidos verdes, minoritarios, en la política española. La mayor parte no ha tenido un gran éxito en términos electorales. Normalmente, han terminado despareciendo. Hasta que Más Madrid creo que ha dado con la tecla de unir dos aspectos muy importantes. Por un lado, la identidad regional en un lugar en el que, aparentemente, estaba prohibido hablar de lo nuestro, de lo que es ser madrileño. Esto, combinarlo con una forma de entender la política que pone en el centro el medioambiente y el cambio climático, pero que también pone en el centro las cuestiones concretas del día a día. Esta combinación es la clave del éxito de Más Madrid. Somos Más Madrid y somos los socios de coalición de Verdes/Equo, que es el partido de Los Verdes Europeos en España. Esto es una cosa muy importante. Pero el espacio político verde no es excluyente para nadie. Todo el mundo que tenga un buen proyecto, tiene que organizarse para sacarlo adelante.