
Sin Maldad / José García Abad
Conozco a Pablo Isla desde los albores de su itinerario profesional, al menos desde que en 1992 fue reclutado por Luis Valls Taberner para un puesto directivo en el Banco Popular, del que hubiera sido presidente si no hubiera perecido en las intrigas internas. Una gran oportunidad perdida por el banco tristemente desaparecido.
Pablo Isla es número uno en todo o en casi todo, matrícula de honor de media en la carrera de Derecho; número uno en la oposición de abogados del Estado, cuerpo de élite de la Administración Pública que ganó en un año cuando es muy difícil conseguirlo en menos de tres. Elegido mejor presidente ejecutivo del mundo por la ‘Harvard Business Review’, ha encabezado todos los ranking en que ha competido. No extraña que sea también el número uno en la nómina, por encima de lo que cobra la presidenta del Banco Santander, Ana Botín.

Poseedor de tantos méritos, ¿por qué le dejan marcharse? ¿Por qué se va cuando había afirmado a los periodistas que de allí no pensaba marcharse? En 2005, Amancio Ortega lo había fichado como consejero delegado y seis años después lo promovería a la presidencia ejecutiva de la compañía. Y de allí no pensaba moverse.
Sin embargo, como suele decirse, el hombre propone y Dios dispone. Y al parecer dispuso, quizás de común acuerdo con Ortega e Isla, que había llegado el momento de la renovación generacional, una sucesión en la Corona que prescinde de un personaje de solo 57 años, 16 cumplidos en Inditex. Un niño si lo comparamos con lo que se lleva en las grandes empresas españolas.
Pablo Isla abandona Inditex, que ha desbancado en la primacía de la capitalización bursátil al Santander y a Iberdrola. Inditex, que es una multinacional capaz de competir con las grandes tecnológicas globales, no se ha planteado en ningún momento trasladar la sede al extranjero, a diferencia de lo que está considerando alguna otra multinacional española. Isla siempre destacó que la compañía no saldrá nunca de España pues tiene muy en cuenta la importancia que para el país tiene el ‘efecto sede’, un foco de atracción de talento internacional de todas las disciplinas: diseño, ingeniería, arquitectura, equipos comerciales, legales, administrativos…
Relevo generacional
Poseedor de tantos méritos, ¿por qué le dejan marcharse? ¿Por qué se va cuando había afirmado a los periodistas que de allí no pensaba marcharse? Lo afirmó cuando se plantearon algunas dudas sobre su voluntad de seguir en la compañía sin considerar ofertas de índole político, como, por ejemplo, para vicepresidente en un Gobierno de Rajoy si éste ganaba las elecciones. En 2005, Amancio Ortega lo había fichado como consejero delegado y seis años después lo promovería a la presidencia ejecutiva de la compañía. Y de allí no pensaba moverse.
Sin embargo, como suele decirse, el hombre propone y Dios dispone. Y al parecer dispuso, quizás de común acuerdo con Ortega e Isla, que había llegado el momento de la renovación generacional, una sucesión en la Corona que prescinde de un personaje de sólo 57 años, 16 cumplidos en Inditex. Un niño si lo comparamos con lo que se lleva en las grandes empresas españolas.
La verdad sea dicha: no veo a Pablo entre los jubilados de lujo, dedicándose a mejorar su técnica en natación, tenis o gimnasia. En todo caso estoy seguro de que aprovecharía la ocasión para leer aún más de lo que hacía. Es un devorador de libros, siempre detrás de la última novedad bibliográfica, sea de ensayo –historia, filosofía, política– o literaria, preferentemente sobre los avances en tecnología. Su afición al cine lo sitúa entre los eruditos del séptimo arte. Desde luego disfrutará viajando de otra forma, caminando con la familia y amigos y, como buen conversador, charlando en extenso con los amigos, alrededor de una buena mesa y sobremesa, con café, copa y puro, no en vano presidió Altadis.
Se ha marchado de buen grado, como acostumbra a actuar, con elegancia, colmando de alabanzas a quienes le suceden, una marcha que ha recibido el ‘aplauso’ de la Bolsa, con una caída del 6%. Ha pasado la antorcha presidencial a Marta Ortega, hija del fundador, Amancio Ortega, como presidenta no ejecutiva y la primacía ejecutiva a Óscar García Maceiras, abogado, bancario hasta hace poco, que entre las muchas virtudes que le adornan, brillan la de ser gallego, tener 46 años, once años menos que Isla, y como éste, ser abogado del Estado.
Marta no será un florero
Marta no tendrá poder ejecutivo pero se ha ido preparando concienzudamente a lo largo de muchos años para el cargo por lo que todo el mundo sabe que no será un florero, que seguirá mandando, que no se moverá un papel sin su consentimiento. Y por supuesto sin la aprobación de su padre, el mayor accionista poseedor de cerca del 60% de esta empresa en la que no se pone el sol, presente en todo el mundo pero que nunca ha dejado de ser una empresa familiar. Y ahora más que nunca.
Amancio Ortega, con sus 85 años de edad, nunca ha dejado la compañía, si bien apenas exhibía su poderío durante el mandato de Pablo Isla, de su completa confianza. Éste no hizo nada que disgustara al patrón, faltaría más. Cuando Isla llegó a Inditex lo primero que intentó fue descubrir aquello que no le gusta a Amancio Ortega.
Algo que quizás no consiguió descubrir, y que si lo descubrió hizo caso omiso, José María Castellano, quien como vicepresidente y consejero delegado contribuyó al fichaje de Isla y que fue despedido en 2005 poco después de que Isla se incorporara a la casa. Ortega no admitió que su segundo se hiciera con la presidencia de Fenosa sin consultarlo con él. Así terminaron 31 años en los que Castellano trabajó mano a mano con Ortega.
Lo cierto es que desde que Isla fue presidente ejecutivo todos los asuntos relevantes culminaban en su mesa. Ese fue el diseño concebido por el propio Amancio Ortega desde hace muchos años, pero muy específicamente desde la salida a Bolsa.
No puede decirse que haya desaparecido todo vestigio de empresa familiar. Amancio Ortega sigue ocupando una silla del Consejo de Administración y es de suponer que el Consejo mirará la cara que pone ante los temas que se planteen. Con sus 85 años, su presencia en el comedor de empleados, en manga de camisa blanca remangada, como pude verlo, proporciona una imagen de hombre modesto, uno más en la empresa, pero indica muy gráficamente el valor de un símbolo. También proporciona un aire de familiaridad la presencia de la heredera, Marta Ortega, desfilando en exhibición de las marcas de Inditex.
Inditex, a los 16 años de la gestión de Pablo Isla, es una empresa, como anunció a la prensa internacional, cuando probablemente ya pensaba en marcharse, “plenamente integrada, plenamente sostenible y plenamente digital“.
Desde que Pablo Isla está al frente, Inditex ha llegado a multiplicar por más de siete su valor; ha triplicado la dimensión de la compañía, que tiene en la actualidad 8.000 tiendas en 96 mercados de los cinco continentes, con una plantilla de más de 170.000 personas, habiendo generado más de 50.000 puestos de trabajo en los últimos años, 10.000 de ellos en España.
Inditex era en 2005 la tercera empresa textil del mundo y se encontraba en el puesto séptimo u octavo por capitalización en España, por detrás de Tecnología, Energía y Banca. Hoy es la primera empresa textil del mundo y la primera por capitalización de España.
Durante su dirección, Inditex ha llegado a los cinco continentes, ha implantado la venta por Internet y ha establecido un modelo de empresa sostenible basada en la integración de las tiendas físicas y ‘online’, distribuyendo sus productos ‘online’ a cualquier parte del mundo, la primera empresa textil que lo consigue entrando a competir con Amazon.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.