Lucía Marrero
Este miércoles el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparecía por segunda vez en el Congreso de los Diputados para ofrecer explicaciones sobre lo ocurrido el pasado 24 de junio en Melilla.
Aunque las últimas investigaciones periodísticas sostienen que al menos una persona murió en suelo español durante esa jornada, el ministro ha asegurado de nuevo que “no hubo ningún” muerto en el lado español y ha mostrado su descontento por la difusión de “hipótesis y conjeturas que carecen de cualquier base probatoria seria”.
El Partido Popular y Esquerra han pedido la dimisión del ministro y todos los grupos han criticado su actuación durante y después de lo sucedido. Bildu, por su parte, reclama una comisión de investigación alegando que “Grande-Marlaska obvia toda evidencia” y “no responde a las preguntas que se plantean”.
El Congreso no ha sido el único en pedir explicaciones al ministro. El Parlamento Europeo convocaba formalmente al ministro a principios de noviembre para que se pronunciara ante lo ocurrido en la valla de Melilla. Invitación que Marlaska rechazaba alegando que la cuestión ya estaba siendo investigada en España por la Fiscalía y por el Defensor del Pueblo. La Eurocámara y algunos eurodiputados han vuelto a reclamar esta semana que el ministro del Interior comparezca en Bruselas.
Por el momento, Marlaska continua en su cargo a la espera de que la Fiscalía y el Defensor del Pueblo se pronuncien.