La guía / Virginia Miranda
El Museo Picasso Málaga inicia su programación anual con Cara a cara. Picasso y los maestros antiguos, en la que obras de El Greco, Francisco Pacheco, Giovanni Battista Caracciolo, Francisco de Zurbarán, Cornelius Norbertus Gijsbretchs, Bernardo Lorente Germán y Diego Bejarano se expondrán junto a las de Pablo Picasso para descubrir sus vínculos con los grandes autores del pasado.
Estos emparejamientos no solo permiten al espectador establecer comparaciones específicas para comprender el profundo arraigo del arte del pintor malagueño en las tradiciones españolas, sino que, además, las yuxtaposiciones permiten discernir cómo Picasso transformó estas tradiciones en el arte revolucionario del siglo XX.
La obra de Picasso mantuvo arraigo a la cultura española y en especial al barroco. Los logros de aquellos pintores españoles le proporcionaron modelos y técnicas que le impulsaron tanto a emular como a transformar la tradición.
La muestra presenta pinturas procedentes de la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla de maestros españoles y de otros países europeos frente a nueve obras destacadas de Picasso pertenecientes a la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (FABA).
Comisariada por Michael FitzGerald, profesor de arte moderno y contemporáneo en el Trinity College de Hartford (Connecticut), la selección incluirá asimismo un excepcional cuadro adicional de Picasso procedente de la colección del Museo de Málaga.
Del 22 febrero al 26 junio en el Museo Picasso Málaga (Palacio de Buenavista. Calle San Agustín, 8, Málaga)
Tras los talibanes
Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Barcelona e investigador senior asociado de CIDOB, Pere Vilanova conoce Afganistán desde hace 35 años; estuvo en plena guerra entre los ocupantes soviéticos y las guerrillas afganas y, de nuevo, después de que la coalición multinacional liderada por Estados Unidos expulsara a los talibanes del poder.
Ahora publica Afganistán. Auge, caída y resurgimiento del régimen talibán (Catarata). El país centroasiático entró en el nuevo siglo de la mano del régimen talibán de los noventa, de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y de las consecuencias que se derivaron de ello para el mundo entero. La continuidad desde 1973 es la guerra civil, y las etapas discontinuas y de duración desigual son las sucesivas intervenciones extranjeras.
Todo esto lo saben los afganos, los que lo han vivido y los más jóvenes. Pasa de madres a hijos. Y también tiene que ver con los comportamientos grupales, políticos y sociales.
Fascinación e intriga
La actriz Maggie Gyllenhaal no ha podido tener mejor compañía en su debut en la dirección. El guion de La hija oscura lo firma nada menos que con Elena Ferrante, pseudónimo de la reina del thriller italiano y autora de la novela homónima, y el cartel protagonista lo encabezan Olivia Colman, Jessie Buckley y Dakota Johnson, acompañadas por Peter Sarsgaard y Ed Harris.
Sola en unas vacaciones junto al mar, Leda (Colman) se ve consumida por una joven madre y su hija mientras las observa en la playa. Intrigada por su atractiva relación, Leda se siente abrumada por sus propios recuerdos del terror, la confusión y la intensidad de la maternidad temprana. Un acto impulsivo la lleva al extraño y ominoso mundo de su propia mente, donde se ve obligada a enfrentarse a las decisiones poco convencionales que tomó como madre joven y a sus consecuencias.