
Hace unos días, mientras echaba un ojo a Twitter antes de desconectar definitivamente del día y empezar una buena lectura, algo me sorprendió. Las redes sociales empezaron a arder por unas declaraciones de Ángela Rodríguez, alias ‘Pam’, secretaria de Estado de Igualdad que, al parecer, había bromeado sobre algún tema, entre carcajadas propias y de sus compañeras de mesa, todas ellas asesoras subordinadas a la bromista secretaria de Estado.
¿Cómo una de las responsables de las políticas de igualdad de nuestro país, responsable también de la excarcelación de una veintena (por ahora) de agresores sexuales y la rebaja de condenas a casi 170 violadores y pederastas puede jactarse públicamente de ello entre risas, bromas e ironías sin consecuencia alguna?
La verdad es que no entendía muy bien la reacción de las redes. “Si es que ya no se puede decir nada. Twitter te lincha en menos de un minuto”, pensé en un primer momento, “aunque viniendo de quien viene, puedo esperar cualquier cosa”. Así fue. Vi el vídeo de las desafortunadas, frívolas e inhumanas afirmaciones de esta persona, una auténtica carga en forma de cargo que soportamos en el Gobierno y a la que pagamos 120.000 euros anuales en agradecimiento a su labor y mi reacción la pueden imaginar.
¿Cómo una de las responsables de las políticas de igualdad de nuestro país, responsable también de la excarcelación de una veintena (por ahora) de agresores sexuales y la rebaja de condenas a casi 170 violadores y pederastas puede jactarse públicamente de ello entre risas, bromas e ironías sin consecuencia alguna? ¿Cómo una mujer es capaz de reírse de que otra mujer vea a su agresor sexual en la calle? La secretaria de Estado de Igualdad ha perdido el respeto hacia las víctimas de violencia machista, ya no por omisión, como hizo el Gobierno con la ‘ley Montero’, sino directamente por acción chabacana y repugnante de chistes que ni siquiera pueden ser calificados de humor negro. No ha podido caer más bajo ni ella, ni, por ende, la ministra de Igualdad y el presidente del Gobierno, con su silencio atronador que dice todo sin decir nada.
Dos días estuvo ‘Pam’ en silencio hasta que publicó un vídeo diciendo que “manipular lo que hacemos y decimos las feministas es una estrategia peligrosa e irresponsable.” Siempre se ha dicho que la mejor defensa es un buen ataque, pero este nivel demuestra que tener la cara de hormigón armado es poco para calificar la actitud de ‘Pam’. “Mi querida Ángela. Seguimos”, dijo la ministra. Una respuesta de apoyo a la altura de la susodicha.
Después de que el feminismo en masa pidiera responsabilidades, sectores del PSOE y, obviamente, el conjunto de la oposición, el viernes pasado, en una entrevista a un periódico, ‘Pam’ dijo que “pedía todas las disculpas que fueran necesarias”. Tarde. El hecho es de tal gravedad que no representa un error político, sino un verdadero problema político. Uno no puede pedir disculpas para contentar sensibilidades y seguir su camino como si nada ocurriera.
Han convertido el Ministerio de Igualdad en el patio de atrás de un Gobierno en descomposición, en una agencia de colocación de amigos con cosas en común, como el que monta un club gastronómico. Y todo ello lo hacen con algo tan sagrado como la igualdad, que tiene detrás una constante y dura lucha de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia. Han querido patrimonializar algo que nos pertenece a todos, porque todos intentamos poner nuestro grano de arena para contribuir a ello.
No podemos permitir que gente como Montero, ‘Pam’ o su grupo de amigos, a los que Pedro Sánchez mantiene en el Ministerio de Igualdad, acaben por destrozar los logros de muchos escondiéndose detrás de la igualdad para tapar sus errores y sus medidas desastrosas. Aunque lo que pensemos los demás les hace pim a personas como ‘Pam’, su sitio está fuera de la vida pública. A la vida pública se viene a mejorar las cosas y no a complicarlas, aunque eso a ‘Pam’, como a Sánchez, le da igual. Pero al resto de españoles, no.
Diputada del Partido Popular por Valencia desde la X legislatura y actual coordinadora de Comisiones del Grupo Popular en el Congreso. Es Licenciada en Derecho, Ciencias Políticas y de la Administración y Estudios en Humanidades. Actualmente es Portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores, Vocal de la Comisión de Interior, Vocal de la Comisión de Educación y Deporte, Adscrita de la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital, Adscrita de la Comisión Mixta Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. También es miembro Suplente de la Delegación española en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Vicesecretaria de Organización Nacional de Nuevas Generaciones del Partido Popular y Coordinadora General del Partido Popular de la Provincia de Valencia.