¡Vaya gente! / Mara del Prado
España es un país de posturas irreconciliables. La de izquierdas y la de derechas, la de tortilla con cebolla y la de sin cebolla y, ahora, la que veta a Plácido Domingo y la que presume de ir a sus conciertos.
Desde que algunas de sus colegas femeninas le denunciaran por acoso, él se viera obligado a dimitir como director de la Ópera de Los Angeles y finalmente acabara reconociendo unas acusaciones que justificó porque había otros “estándares” en “el pasado”, sus compatriotas han tomado partido sobre el tenor en función de su posición de partida ante el feminismo.
Así, el Gobierno progresista de Extremadura anunciaba el pasado julio que la orquesta regional no participaría en el concierto del artista madrileño previsto en el Teatro Romano de Mérida este 25 de septiembre y, a su reciente actuación en Marbella como parte del cartel del Starlite Catalana Occidente, contaba entre el público con la presencia de José María Aznar y Ana Botella, que fueron acompañados por la segunda de sus tres hijos, Ana Aznar Botella.
El expresidente del Gobierno, con su mascarilla FFP2 porque ya dijo en el juicio de Bárcenas por la caja b del PP que él la lleva hasta en casa porque “yo respeto las recomendaciones de las autoridades sanitarias”, lució moreno, ondas surferas -ni una sola cana en su melena salpicada de reflejos dorados-, camisa blanca remangada y jersey verde mint sobre los hombros, más por coquetería pija que por necesidad. Su mujer, la exalcaldesa de Madrid, también debió pasar calor con su vestido morado -nazareno, no podemita-. Pero, ¿verdad que cuando se te mete en la cabeza un estilismo no hay manera de cambiar de idea? O no, quién sabe en qué estaban pensando para salir de su chalé marbellí de esa guisa.
Más ligeros eran los vestidos de Genoveva Casanova, que coincidió con su excuñada Eugenia Martínez de Irujo; de Jaydy Michel, ex de Alejandro Sanz de acudió con su marido y exfutbolista, Rafa Márquez; Valeria Mazza, modelo argentina y embajadora de lo que Hola llama festival “boutique”; y Marta Sánchez, que hace unos años emocionaba a Albert Rivera con su letra del himno de España y hoy la letra y Rivera no son más que un quiero y no puedo.
Y usted, ¿está a favor o en contra de Plácido Domingo? Piense en qué equipo quiere estar antes de responder.