
Sin Maldad / José García Abad
Como los que me honran leyéndome, mis amigos lectores, saben que no soy de los que se quejan de un Estado fuerte que aplasta a una difusa e indefensa “sociedad civil”. Por el contrario, soy un firme partidario de un Estado potente, la última esperanza de los pobres, desde el convencimiento de que el mercado no entiende de justicia social por mucho que algunos dignos empresarios compitan en predicar las siglas virtuosas RSC (Responsabilidad Social Corporativa) u ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Sin embargo, me preocupa que la potencia propia de la dignidad estatal se traduzca, de forma encubierta y torticera, en financiación de militantes de los partidos, en agradecimiento a los servicios prestados o, simplemente, para prevenir descontentos.

Me preocupa que la potencia propia de la dignidad estatal se traduzca, de forma encubierta y torticera, en la financiación de militantes de los partidos, por agradecimiento a los servicios prestados a la Causa o, simplemente para prevenir descontentos
Me refiero a los “asesores”, que han llegado a cifras exorbitantes en el gobierno de Pedro Sánchez, el mayor número de “personal de confianza” contratado por los gobiernos de la democracia: 764 en 2021, 361 en el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, según el “Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas”, un 24% más que en el año anterior. Aznar contrató a 460 asesores, Zapatero, 648 y Rajoy 599
Me refiero a los “asesores”, que han llegado a cifras exorbitantes en el gobierno de Pedro Sánchez, que acoge paternalmente al mayor número de “personal de confianza” contratados por los gobiernos de la democracia: 764 en este año, 361 en el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, según el ‘Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas’, un 24% más que en 2020. Aznar contrató a 460 asesores, Zapatero a 648 y Rajoy a 599.
En lo que va de 2021, se han destinado más de 70 millones de euros al personal de confianza, según la Intervención General del Estado.
Desnutridos de masa encefálica efectiva
Todo ello cuando es fácil notar que no sólo los gobiernos central, autonómico y local, sino también el Congreso de los Diputados y el Senado, están desnutridos de masa encefálica efectiva, de servicios de estudios o centros de lo que se ha llamado ‘task force’ que sirva para la toma de decisiones complejas, algo que no falta en los estados mayores de los grandes poderes económicos que desbordan de masa encefálica.
A este respecto, es impresionante el potencial técnico del ‘electropoder’, que ha llegado a desafiar al Estado. Y es que el comando eléctrico cuenta con los mejores académicos que utilizan metodologías analíticas potentes y con un equipo de expertos, de superior cantidad y calidad a los que posee el sector público, y de forma penosa los partidos políticos.
Otro ejemplo significativo: ha sido la patronal de los grandes constructores de infraestructuras, Seopan, la que ha proporcionado al Estado sus estudios para algunas de sus obras, de acuerdo con sus intereses. Es de suponer que la debilidad del club de los cerebros del Estado obligará al Gobierno a recurrir a los interesados estudios de los ‘lobbies’ empresariales. Una cosa es la deseable colaboración pública-privada y otra la subordinación del Estado a los grandes ‘lobbies’ económicos.
Al pernicioso asunto de las puertas giratorias de las que se beneficiaron tanto Felipe González como José María Aznar, hay que añadir otras puertas aún más eficaces en la práctica, la de los técnicos que pasan de las compañías al Estado pero su corazón permanece siempre fiel a las compañías que tan generosamente les pagaron.
Ahora, cuando se debaten los Presupuestos Generales del Estado, sería una buena ocasión para que el Parlamento de la nación se dote a sí mismo de eficaces servicios de estudios desterrando la corruptela del comecome, o ‘mamandurria’ para decirlo técnicamente, el auxilio de amiguetes o compañeros desplazados de sus cargos, contratados como asesores, un personal que estoy seguro está dotado de excelente voluntad pero no siempre de solvencia técnica.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.