A pesar de los aspavientos propios de las negociaciones presupuestarias, PNV y ERC han desbloqueado los Presupuestos y han encarrilado la legislatura para Pedro Sánchez, que ya ve factible llegar a 2023. El PNV toma ventaja así frente a EH Bildu -que hace tiempo que trabaja por hacerse un hueco en el escenario madrileño- y ERC frente a Junts, cuya presión surte cada vez menos efecto en los republicanos. El tándem Oriol Junqueras-Pere Aragonès está decidido a hacer política y a estar presentes en Madrid, a la espera de ver cómo van encajando las cosas en la mesa de diálogo con el Gobierno.
En la partida de póker que muchas veces supone la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, PNV y ERC han sostenido su farol –la presentación de una enmienda a la totalidad- hasta el final. El portavoz de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, llegó incluso a mostrarla en rueda de prensa y la dirección de los republicanos decidió que no la presentaba la misma mañana en la que se agotaba el plazo para hacerlo. Pero finalmente se cumplieron los pronósticos y, salvo sorpresa, el Gobierno no tendrá problema para aprobar las cuentas de 2022 y agotar la legislatura. La fecha final de las elecciones generales dependerá de cómo marche la recuperación económica y de lo que se recoja en las encuestas, pero Pedro Sánchez ya tiene en la mano su objetivo de llegar a 2023.
La figura que ha ganado peso en las negociaciones presupuestarias, en relación al año pasado, es la de Junqueras, que una vez fuera de prisión vuelve a ejercer sin cortapisas como presidente de ERC
Con el PNV ha servido con un ‘repacto’ por el Ingreso Mínimo Vital. Ya se había acordado traspasar su gestión al gobierno vasco el año pasado, pero ahora, desde el PNV, esperan que la transferencia se consume a principios de año, a más tardar, junto con el cierre de otras inversiones en Euskadi y Navarra. En el caso de ERC -que también ha conseguido la gestión del IMV para la Generalitat-, el acuerdo estrella está en que la próxima Ley Audiovisual incluya una cuota específica para las lenguas cooficiales -a determinar más adelante, en la negociación-.
El acuerdo se oficializó por boca del portavoz de la Ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, que además subrayó el papel protagonista que tendrá ERC en la negociación del texto y en los mecanismos a utilizar para proteger las lenguas cooficiales. Esta forma de explicitar el acuerdo por parte de los socialistas habría sido una de las condiciones que habrían puesto los negociadores republicanos, con Oriol Junqueras y Gabriel Rufián al frente, muy pendientes siempre de explotar mediáticamente sus avances en Madrid. “Es solo un primer paso, queda un segundo y es el meollo de la negociación”, ha advertido Rufián.
Junqueras entra en escena
La figura que ha ganado peso en las negociaciones presupuestarias, en relación al año pasado, es la de Junqueras, que una vez fuera de prisión vuelve a ejercer sin cortapisas como presidente de ERC. Junqueras ha supervisado las conversaciones con el Gobierno y mantiene firme el timón, junto a Pere Aragonès, de una dirección a la que cada vez le angustia menos el qué dirán de su apoyo al gobierno de coalición. Junts sí ha registrado una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, pero los republicanos se han desmarcado del abrazo del oso sin el temblor de piernas que en otros tiempos les habría impedido ser coherentes con lo que decían en privado y hacían en público. La apuesta política por la mesa de diálogo y por apoyar al Ejecutivo de coalición es firme, en Moncloa tienen la certeza. Por eso, en las filas socialistas ha habido tranquilidad. No han visto peligrar el acuerdo de presupuestos en ningún momento.
Los republicanos se han desmarcado del abrazo del oso de Junts sin el temblor de piernas de otros tiempos
El tándem Aragonès-Junqueras ha mantenido el rumbo, sin dudar, incluso cuando la detención de Carles Puigdemont sacudió la mesa de diálogo y cuando Junts trató de dinamitarla queriendo incluir representantes que no fueran miembros del Govern. Aragonès se mantuvo fiel a su compromiso de llevar a la mesa solamente consellers y desactivó la trampa. Superados estos momentos, para los dirigentes de ERC es fácil zafarse de la enmienda a la totalidad de Junts y de los intentos de los seguidores de Puigdemont de fijar una posición negociadora común ante los Presupuestos.
La filosofía de ERC en esta nueva etapa la definía Junqueras en una reciente entrevista a ‘Al rojo vivo’, de La Sexta. “Romper la negociación no ayuda en nada y lo empeora todo”, agregó Junqueras, quien cree que “hay quien trabaja con ahínco para dinamitar cualquier posibilidad de negociación y de acuerdo”. “Trabajan para llevar al conjunto de la sociedad permanentemente cerca del abismo”, aseveró el presidente de ERC. Una línea de trabajo que el presidente de ERC aspira a explicar de viva voz en Madrid. Según algunas fuentes, Junqueras estaría preparando algún acto público en la capital, con el que exhibir músculo político.
La rivalidad de los ‘conseguidores’ vascos en Madrid
Como en el caso de ERC, PNV y PSOE también tienen sus destinos políticos unidos. Nacionalistas y socialistas gobiernan en coalición en Vitoria, y a los jeltzales les interesa consolidar la actual fórmula de gobierno y alejar un hipotético tripartito de izquierdas a medio y largo plazo. Por otro lado, el partido liderado por Andoni Ortuzar sabe que el Gobierno los necesita para no sacar los Presupuestos adelante sólo con el apoyo de EH Bildu y ERC, para seguir mostrando que todavía tienen como aliado un partido ‘de orden’, bien conectado con los poderes económicos, como se demostró en lo sucedido con el decreto para frenar la subida de la luz. Y en el Gobierno y el PSOE también saben que el PNV compite con EH Bildu por seguir siendo el partido capaz de conseguir cosas en Madrid para Euskadi, de seguir ensanchando el autogobierno. Los incentivos para cerrar el acuerdo de Presupuestos son muchos.
“Que se coman con patatas el Tribunal Constitucional”, ha llegado a decir Esteban
Todo esto no quita para que Aitor Esteban no haya dejado traslucir su malestar por la poca atención que el Gobierno les ha dedicado en ciertas cuestiones, a lo largo de las últimas semanas. Uno de los encontronazos tuvo lugar a cuenta del decreto que recorta los beneficios de las eléctricas para intentar atajar la subida del precio de la luz. El PNV buscaba que el decreto no perjudicase a la industria, ante el peligro de que las eléctricas trasladen los recortes a las empresas. En el debate en el Congreso, Esteban instaba al Gobierno a reformular el decreto porque “está en juego el futuro de la economía y de su propio Gobierno”. Esteban matizó sus palabras al día siguiente, explicando que no se refería al apoyo del PNV. Pero la frase cayó como una bomba en el hemiciclo y conseguía que la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se comprometiera a retocar el decreto.
El otro motivo de desencuentro ha sido el pacto PP-PSOE para renovar el Tribunal Constitucional, por el calibre de algunos de los magistrados elegidos, muy lejos de tener, al menos, una apariencia de independencia, y porque en ningún momento se han dirigido al PNV desde el Gobierno para incluirlos en el acuerdo. Si en los tiempos álgidos del bipartidismo se solía incluir en estos acuerdos a alguna persona propuesta por CiU y PNV, PP y PSOE no han querido contar con los nacionalistas vascos en una legislatura en la que suman menos escaños que nunca.
“Que se coman con patatas el Tribunal Constitucional”, ha llegado a decir Esteban. “El Tribunal Constitucional está deslegitimado, hay que buscar otro árbitro y desde luego nosotros no lo vamos a legitimar”, ha afirmado el portavoz del PNV, en un tono que no suele ser habitual en él. El PNV no acudió a la comisión de nombramientos que tenía que dar el visto buen a los cuatro magistrados pactados por el Gobierno y el PP, como tampoco lo hicieron los de ERC ni los de EH Bildu.
El tono empleado por Esteban no lo ha utilizado la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que en una entrevista a Euskadi Irratia afirmaba que las conversaciones con el Gobierno “van bien”. Ni siquiera las palabras de Arnaldo Otegi, captadas por un micrófono, afirmando que “si para que salgan los 200 presos hay que votar los Presupuestos, los votaremos” han roto las conversaciones con el Gobierno. Marcando su perfil de izquierdas, EH Bildu demanda para cerrar el acuerdo definitivo, entre otras cosas, la derogación de la reforma laboral.