
Belén Hoyo
Poco antes de que el Partido Popular fuera desalojado del Gobierno por una trama censora formada por independentistas y amigos de ETA confabulados en torno a Pedro Sánchez, España vivía una situación en la que se aspiraba a crear 20 millones de empleos, el recibo de la luz no suponía un lastre y el Gobierno tenía un equipo competente que trabajaba en un contexto de recuperación. Sin embargo, eso a la izquierda no le gustó y antepuso su objetivo único: obtener 176 escaños. Lo consiguió. Y ahora sabemos el coste. No sólo en los Presupuestos Generales, sino en el reflejo de costes sociales, morales, de empleo, de pérdida de reputación internacional. Un desastre del que resulta difícil salir, pero no imposible.

Durante la semana pasada, la política española vio un verdadero vendaval ideológico en el que el Partido Popular reafirmó su proyecto, sus principios, sus bases ideológicas, su programa y la forma de implementarlo bajo el liderazgo de Pablo Casado
Durante la semana pasada, la política española vio un verdadero vendaval ideológico en el que el Partido Popular reafirmó su proyecto, sus principios, sus bases ideológicas, su programa y la forma de implementarlo. Sus soluciones para España. Un plan de gobierno claro, amplio, para todos y con la participación de todos. Unos planteamientos sólidos y adaptados a la realidad que surgen a raíz de nueve meses debatiendo con 400 expertos, un centenar de entidades de la sociedad civil distribuidas en más de 50 mesas de debate, donde han aportado propuestas con el objetivo de superar el complicado contexto que estamos viviendo.
Y todo ello bajo el paraguas de una convención itinerante, muestra de la diversidad de nuestro país, pero con unas conclusiones comunes, ejemplificando así el proyecto de unidad que representa el Partido Popular bajo el liderazgo de Pablo Casado.
España necesita al PP, porque España necesita un proyecto de alternativa. En un momento en el que tenemos 4 millones de parados, 100.000 empresas quebradas y 250.000 autónomos con la persiana bajada, está totalmente fuera de lugar ir con triunfalismos o supuestos éxitos de gestión. Hace falta trabajar por consolidar una alternativa real que aplique las soluciones que necesita nuestro país, y eso es lo que ha hecho Pablo Casado durante los días pasados.
Ahora llega el momento de transformar esas propuestas en compromisos y en leyes alejadas del marketing electoral, una revolución que representa un nuevo contrato social para devolver el poder a la ciudadanía con la finalidad de crear empleo, crecer económicamente y mejorar la vida de todos los españoles.
El Partido Popular ha demostrado ser el gran partido de masas representante de la clase media española, de los trabajadores que no quieren gobiernos que interfieran en sus vidas, un partido para todos que articula su proyecto en torno a la libertad, el respeto a la ley y la Constitución, la economía de libre mercado y el Estado del Bienestar. Unas bases ideológicas en las que cabe la mayoría, todos los que están a la derecha del PSOE: liberales, conservadores y hasta socialdemócratas que hayan abierto los ojos ante la realidad sanchista.
El planteamiento del Partido Popular es ambicioso, novedoso y se puede resumir en una palabra: reformas. Reformas a través de tres pilares fundamentales siempre con el objetivo de reforzar la institucionalidad, el empleo y las familias. Un decálogo centrado en las personas, en la libertad y en España y ante el que nadie puede poner un ‘pero’. No se trata de cambiar de Gobierno, sino de volver a tener un Gobierno que trabaje por los españoles. No se trata de deshacer, sino de rehacer, de mejorar, de arreglar los errores tan típicos de la izquierda cuando pretende manejar el poder y nuestras voluntades como si dispusiera de su tutela.
Casado será presidente del Gobierno y lo será porque ha demostrado que dispone de un plan para España. Está a la altura del cargo y tiene interiorizado que debe ser presidente de todos y no sólo de unos pocos, tal y como ahora conocemos. El cambio ha empezado.
Diputada del Partido Popular por Valencia desde la X legislatura y actual coordinadora de Comisiones del Grupo Popular en el Congreso. Es Licenciada en Derecho, Ciencias Políticas y de la Administración y Estudios en Humanidades. Actualmente es Portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores, Vocal de la Comisión de Interior, Vocal de la Comisión de Educación y Deporte, Adscrita de la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital, Adscrita de la Comisión Mixta Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. También es miembro Suplente de la Delegación española en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Vicesecretaria de Organización Nacional de Nuevas Generaciones del Partido Popular y Coordinadora General del Partido Popular de la Provincia de Valencia.