Joseph Oughourlian ya tiene a su nuevo Juan Luis Cebrián. La persona encargada de marcar el nuevo rumbo a los medios de Prisa es Carlos Núñez, un ejecutivo que ha pilotado el grupo Henneo en los últimos años hasta consolidarlo como uno de los principales conglomerados mediáticos nacionales. Moncloa sigue viendo con buenos ojos la evolución de una Prisa que ha enterrado al felipismo y ha renovado su cúpula con nombres cercanos a José Luis Rodríguez Zapatero, como el de Miguel Barroso o el empresario Rosauro Varo.
El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, ha pisado el acelerador en su plan de dividir el negocio de Prisa. El área editorial queda bajo el mando del hasta ahora consejero delegado del grupo, Manuel Mirat, mientras que los medios serán pilotados a partir de ahora por Carlos Núñez. Este segoviano de 46 años proviene del grupo Henneo -edificado por la familia Yarza en torno al Heraldo de Aragón-, en el que ha ocupado el cargo de director general desde 2015, consolidándolo como uno de los grupos mediáticos nacionales más sólidos, con la adquisición de cabeceras como 20 Minutos, Cinemanía o lainformación.com. Núñez está especializado en el desarrollo de nuevos modelos de negocio basados en la tecnología y también ha estado vinculado con el negocio de la radio -ha formado parte del consejo de Radio Zaragoza-. Estas son las características en las que se ha fijado Oughourlian para darle el mando del área mediática.
A Oughourlian y Núñez les queda mucho trabajo por delante. Esta semana se conocían los resultados del primer trimestre, en el que los ingresos han caído casi un 40%
El nuevo factótum de los medios de Prisa asume la posición que en su día ocupó un Juan Luis Cebrián, relevado del puente de mando del grupo hace más de dos años. Su sustitución fue el inicio de un proceso que Oughourlian finiquitaba el pasado mes de marzo, enterrando a lo que quedaba del felipismo en el grupo, con la salida del propio Felipe González del consejo editorial. El senado de ilustres desde que el expresidente del Gobierno ha influido -o lo ha intentado- en el devenir de Prisa va a ver recortado su número de miembros -que ha rondado la veintena en los últimos años- y sus competencias. González seguirá escribiendo en El País, pero su palabra no pesará más que la de otro articulista, como ya sucede con la del propio Cebrián, que ha puesto negro sobre blanco sus críticas a Pedro Sánchez para quien las haya querido atender.
Y mientras González abandonaba el consejo editorial, en el consejo de administración aterrizaba un insigne representante del zapaterismo mediático, Miguel Barroso, el que fuera primer secretario de Estado de Comunicación del expresidente y ‘cerebro’ del rediseño del panorama mediático que vio nacer a Cuatro -impulsada por Prisa- y a La Sexta y Público, de la mano de Jaume Roures. Aunque el nombre de José Miguel Contreras circuló en los mentideros mediáticos y políticos madrileños como principal candidato a entrar en la cúpula de Prisa -tras haber construido una muy buena conexión con la Moncloa gobernada por Iván Redondo-, el elegido fue finalmente la otra pata de ‘los migueles’, como se conocía a Barroso y Contreras, el tándem político-mediático que tan bien funcionó en la primera década del siglo.
Zapatero y Rosauro Varo, el nuevo vicepresidente de Prisa, han coincidido en alguna fiesta de cumpleaños de otra persona muy cercana al expresidente, el consejero de Telefónica Javier de Paz
El otro fichaje relevante en la nueva cúpula de Prisa es el de Rosauro Varo como vicepresidente no ejecutivo. Varo empezó muy joven en la noche sevillana y se hizo millonario con la venta de Pepephone, de la que era vicepresidente, a Más Móvil. Hasta hace seis meses, Varo era consejero de El Español y no faltan las informaciones que le conectan muy bien con la alta política española, especialmente con referentes del PSOE como el propio José Luis Rodríguez Zapatero y con el socialismo andaluz. Y es que su madre es Amalia Rodríguez, una exdirigente del PSOE sevillano y exdiputada en el Parlamento andaluz y en el Congreso.
Zapatero y Varo han coincidido en alguna fiesta de cumpleaños de otra persona muy cercana al expresidente, el consejero de Telefónica Javier de Paz. Y es que con los últimos movimientos en la cúpula de Prisa quien ha ganado influencia de forma decisiva ha sido la Telefónica de José María Álvarez-Pallete, en detrimento de un Santander que tenía al anterior presidente del grupo, Javier Monzón, un hombre de confianza de Ana Botín. Álvarez-Pallete también ha sumado una persona cercana en el consejo de Prisa con la incorporación de Javier Santiso, un economista, experto en mercados emergentes y en la gestión de fondos de inversión, que estuvo a sus órdenes cuando pilotaba la división europea de la compañía, en la primera mitad de la década pasada.
A Oughourlian y Núñez, y al resto de los nuevos timoneles de Prisa, les queda mucho trabajo por delante para que la compañía escape de los números rojos que han marcado su desempeño en los últimos tiempos. Esta misma semana se conocían los resultados del primer trimestre, en el que los ingresos han caído casi un 40%, hasta los 158 millones de euros, con unas pérdidas de 13,8 millones -que aun así supone reducir esas pérdidas en casi un 50% respecto al primer trimestre del año pasado-. No hay que olvidar que Prisa perdió 182 millones de euros en 2019 y el año pasado pudo registrar un saldo positivo de casi 90 millones gracias a la venta de Santillana España, la joya de la corona del grupo y su semilla, sobre la cual Jesús Polanco edificó el resto del emporio.
Habrá que ver si el nuevo presidente de Prisa Media desembarca para sacar al mercado a El País o la Ser en las mejores condiciones posibles o consigue reflotar unas marcas que, como todo el sector de los medios, llevan años sufriendo para escapar de los números rojos.