Los Dossieres / E. S.
La Fundación BBVA ha presentado el primer módulo de su Estudio Europeo de Valores 2019, un trabajo recoge y analiza los valores y actitudes de los ciudadanos de cinco países (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España) respecto al ámbito público (política, economía, medios, confianza). El estudio señala consensos amplios, como la vigencia del Estado del bienestar, y diferencias profundas en relación a la inmigración o sobre la confianza en las instituciones.
El estudio refleja consensos trasversales vinculados a la cultura política de los europeos, como es la expectativa de un Estado con una fuerte responsabilidad en la provisión de funciones propias del Estado de Bienestar (cobertura sanitaria, pensiones) y, de manera menos marcada, en la limitación de mecanismos de mercado como fijación de precios, salarios y beneficios empresariales. La población española destaca por una mayor preferencia de responsabilidad del Estado en todas las áreas (Estado del bienestar y mercado).
Los europeos valoran a los partidos políticos como instituciones necesarias para defender sus intereses, al tiempo que comparten una visión crítica hacia los partidos políticos tradicionales: el 55% en España, el 69% en Francia y el 75% en Italia creen que los mismos ya no les representan adecuadamente.
La percepción de la corrupción, muy alta en España

También prevalece la confianza en grupos profesionales vinculados al Estado como policías, militares, jueces y funcionarios y en las respectivas instituciones del Estado (policías, jueces, militares y funcionarios), a excepción de la clase política, hacia la que los ciudadanos muestran una fuerte desafección y ubican, en casi todos los países, por debajo del umbral de confianza (media de 3,2 en una escala de 0 a 10 en España frente a 3,8 en el resto de los cuatro países). En todos los países, los ciudadanos comparten la percepción de que existe un nivel alto de corrupción, salvo en el caso de Alemania, y particularmente en España (media de 8,4 en una escala de 0 a 10 frente a 6,7 en el resto de países).
El vínculo de los ciudadanos con la esfera política (participación, seguimiento de los medios de comunicación) es mayor en países como Francia, Reino Unido y Alemania y más limitado en Italia y España. La televisión es el medio principal a través del cual la mayoría de la población en los cinco países se informa acerca de la actualidad. Además, se confía más en la información proporcionada por los medios convencionales que en la que ofrecen agregadores y redes sociales, a las que los ciudadanos hacen principales responsables de fake.
La UE, positiva incluso para los británicos
El Estado nacional y sus símbolos gozan de muy amplia aceptación y se atribuye gran importancia a la homogeneidad de la lengua para facilitar la convivencia en la sociedad; el balance de la pertenencia a la UE tiende a ser positivo en casi todos los países, pero prevalece una visión crítica sobre la distancia de sus instituciones con la ciudadanía. La mayoría de la población percibe como beneficiosa la pertenencia de su país a la Unión Europea, sobre todo en España e incluso, de forma significativa, en un país como Reino Unido, inmerso en el Brexit Frente a una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, los ciudadanos prevén consecuencias más negativas que positivas: más del 45% en todas las sociedades considera que ello provocará el deseo de otros países de salir de la UE, y más del 40% que debilitará la influencia de la UE en el mundo.
En congruencia con dicha valoración, no creen que esa salida mejore la cooperación entre los demás países miembros ni tampoco que haga más fuerte a la UE. También existe un amplio consenso acerca de la relevancia para el propio país de varios de los desafíos globales objeto de debate público en la actualidad: el cambio climático, el terrorismo, un ciberataque y la inmigración.
Los españoles, inclinados a la izquierda
Con independencia de estos acuerdos, los resultados reflejan modelos de participación y de cultura política diferenciados. España e Italia se caracterizan por un bajo nivel de asociacionismo y participación y una menor lectura de prensa. Hay una mayor demanda a las prestaciones del Estado de Bienestar y una mayor expectativa de intervención del mismo en el control de diferentes facetas del mercado. La confianza institucional es algo menor y existe una percepción más acentuada del fenómeno de la corrupción. En cuanto a la coyuntura económica son también quienes la valoran más desfavorablemente en sus respectivos países.
En ese bloque de dos países hay diferencias marcadas en otras facetas. Los españoles, con una orientación más hacia la izquierda en el espectro político, demandan un muy amplio papel del Estado, abogan por el equilibrio en los ingresos con independencia de la cualificación (49% frente al 29% de media en los otros cuatro países, donde la mayoría prefiere que existan diferencias en función del nivel de formación), se sitúan entre los más positivos hacia la Unión Europea y se distancian de los italianos en asuntos como la inmigración y los refugiados.
Los italianos, los más críticos con la inmigración
Los españoles son los más favorables a acoger refugiados que huyen de sus países por distintos motivos y los que más apuestan por políticas de inmigración que permitan la entrada de personas condicionada a la existencia de puestos de trabajo (el 49% frente al 31% en el promedio europeo). Los italianos están más orientados hacia la derecha, sostienen una visión más crítica de la política tradicional -cercana a la visión de los franceses- y se muestran muy negativos hacia las instituciones europeas. Son los que con mayor intensidad consideran la inmigración como un problema muy serio y los más críticos con la acogida de los refugiados y sus consecuencias.
Los alemanes, los que más confían en el Estado
Francia comparte con España e Italia algunos rasgos, pero se diferencia por un mayor vínculo con el espacio público y una percepción menos crítica de la corrupción. Se caracteriza por un nivel de confianza institucional medio-bajo y, al igual que en Italia, por una visión más crítica acerca de los partidos políticos tradicionales. Alemania se distancia de este primer grupo de países por una valoración muy favorable del funcionamiento de su democracia y un alto nivel de confianza interpersonal, en grupos profesionales y en instituciones. El alto nivel de confianza institucional abarca a las instituciones vinculadas al Estado y a otras como los medios de comunicación o las diferentes organizaciones económicas. La visión sobre sus Tribunales de Justicia es muy favorable y tienen una percepción bastante acotada de la corrupción. La valoración de la coyuntura económica nacional es particularmente favorable.
Los británicos, muy críticos con sistema político
Reino Unido comparte algunos rasgos de Alemania -nivel de confianza general, percepción de la corrupción, visión de los Tribunales de Justicia-, aunque de manera menos acentuada. Se distancia de Alemania por una visión fuertemente crítica hacia del funcionamiento actual de la democracia en su país y un bajo nivel de confianza en sus instituciones de gobierno, menor también respecto a sus medios de comunicación. Los británicos exhiben en mayor medida que los alemanes percepciones propias de una sociedad multicultural, otorgándole menos importancia a la homogeneidad de varios rasgos para la convivencia en el país. Expresan una visión menos desfavorable que los alemanes hacia la inmigración y respecto a la acogida de refugiados y sus efectos.
La información empírica se ha obtenido a través de una encuesta a una muestra representativa de 1.500 personas de 18 y más años en cada uno de los cinco países más poblados de la Unión Europea. El trabajo de campo ha sido realizado por Ipsos entre abril y julio de 2019, con un cuestionario diseñado por el Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA.