Simon Neuhaus
Este domingo se llevarán a cabo las elecciones generales del 23-J, lo que implica que los dos grandes bloques de derecha e izquierda entran en la recta final para asegurar el voto de la ciudadanía. Mientras el PSOE y la izquierda intentan combatir el pesimismo dentro de sus filas, el PP busca obtener una mayoría absoluta para gobernar sin depender de Vox.
Durante los últimos días antes de las elecciones, los líderes políticos continúan con movimientos intensos. El presidente del gobierno actual, Pedro Sánchez entra en el último sprint de su campaña. Esta semana Sánchez asistió a un mitin socialista en San Sebastián, lo que lo llevó a ausentarse de la rueda prensa de la cumbre UE-CELAC. Aunque el presidente antes mostraba más presencia en los medios de comunicación, ahora intensifica su esfuerzo en las pequeñas y medianas provincias que podrían suponer hasta 14 escaños para su partido.
Este esfuerzo a los últimos pasos de la campaña electoral responden sobre todo a los resultados de los sondeos. Estos muestran al PP en vez del PSOE como claro ganador con alrededor de 33 % del voto, mientras que los socialistas se ubican con 28 %. El único sondeo que ubica a los socialistas como ganadores con un 30 % es el CIS. Mientras tanto, con los pronósticos a su favor, Feijóo sigue con la misma estrategia, llamar al voto útil. Así los populares siguen manteniendo la esperanza de poder gobernar en solitario sin entrar en coalición.
Por otro lado, PSOE y Sumar están atacando precisamente estas coaliciones previas entre el PP y Vox, advirtiendo sobre el posible retroceso que podría conllevar una derecha en el gobierno. El temor a un resurgimiento de conflictos anteriores se manifiesta especialmente en la Comunidad de Cataluña.