El CIS acaba de poner en duda la continuidad de Vox en la Asamblea de Madrid, pero su líder y candidata al 4-M, Rocío Monasterio, comenta que no mira las encuestas y se remite a las experiencias de Andalucía y Cataluña. Asegura tener la oportunidad de sacar a Pablo Iglesias del panorama político y predice que será más fácil llegar a un acuerdo con Isabel Díaz Ayuso ahora que son un matrimonio de dos. Durante la entrevista, que tuvo lugar un día antes de los altercados de Vallecas, dice que no cree en los guetos en las ciudades y que no asocia al barrio con la izquierda madrileña.
¿Preocupados con el CIS? Le deja a un punto de quedar fuera de la Asamblea de Madrid.
Desde Andalucía, que nos daban cero y fueron doce diputados, y Cataluña donde Tezanos nos decía que iban a ser tres y fueron once, la verdad es que nosotros no miramos mucho las encuestas. Escuchamos lo que nos dice la gente en los barrios y ahí es donde tomamos el pulso. Así hemos funcionado todo este tiempo y nos ha ido bien. Estamos convencidos de que vamos a ser la clave para que no haya un Gobierno de izquierda en Madrid.
¿Y les preocupa Isabel Díaz Ayuso? Está copiándoles mensajes, por ejemplo, en inmigración o seguridad.
No estoy pendiente de lo que dicen en Génova. No he venido aquí para estar en el mundillo de los partidos. He venido para intentar dar respuestas a lo que necesitan los madrileños hoy.
«Vamos a ser la clave para que no haya un Gobierno de izquierda»
¿En qué temas centrará usted su campaña?
Seguiremos hablando del despilfarro político, queremos reducir a la mitad el número de diputados y pasar de trece a siete el número de consejerías. Eliminar también viceconsejerías, entes, fundaciones, asociaciones… para dedicar recursos a la sanidad pública, a tener una educación excelente, a estar en las colas del hambre donde hay personas que llevan días o meses llamando al SEPE y nadie les contesta. El Estado del Bienestar del que nos han hablado es mentira, es la realidad que estamos viendo y para lo que hay que tener recursos. Vamos a hablar de la seguridad, de la inmigración ilegal, de la ocupación, de bajar impuestos.
La campaña se ha planteado en clave nacional. ¿Le perjudica como candidata? El líder de Vox, Santiago Abascal, se ha puesto al frente como director.
A mí me motiva muchísimo que esté Pablo Iglesias en las elecciones porque es la gran oportunidad para sacarle definitivamente del panorama político. Y nosotros en Vox siempre funcionamos en equipo. Igual que siempre vamos todos a apoyar al candidato en Galicia, País Vasco o Cataluña, ahora vienen todos a apoyarme a mí.
¿Se ve usted de vicepresidenta de la Comunidad de Madrid?
Me veo convenciendo a los madrileños de que me voten, que es en lo que estoy ahora mismo. Lo que me obsesiona es conseguir dar respuestas para afrontar los meses que vienen muy duros de crisis sanitaria, económica y social.
Si son fundamentales para un Gobierno de derechas, ¿exigirá formar parte de él?
Cuando tengamos los votos decidiremos qué vamos a hacer. Estaremos en aquel sitio donde se ejecuten las políticas de Vox. Los otros partidos están entregados a la Agenda 2030, a la ideología de género, a hablar de temas que no son prioritarios y hay que bajar a la realidad.
«Controlaremos la seguridad en las calles y repatriaremos a los ilegales»
¿Cuáles serían sus exigencias y sus líneas rojas?
Nosotros no estamos en las exigencias para formar parte de un Gobierno. Estamos en que, si nosotros gobernamos, controlaremos la seguridad en las calles, repatriaremos a los inmigrantes ilegales, conseguiremos que se controle el problema que tenemos con los centros de ‘menas’ [menores extranjeros no acompañados], atajaremos el despilfarro político. Y con todos esos recursos mejoraremos la educación, la salud, haremos un Plan Revive de realojo de familias, liberalizaremos el suelo para construir vivienda social.

¿Por qué cuando Unidas Podemos anunció el fichaje del portavoz del sindicato de manteros dijeron que iban a deportarle?
El señor Mbayé entró ilegalmente en España y está promoviendo vender de forma ilegal en la calle cuando al comerciante le estás obligando a pagar una licencia, un local y unos impuestos. ¿Queremos promover manteros en Madrid e insultar a los comerciantes? Es muy injusto, y muy injusto también para el inmigrante legal, que viene haciendo un esfuerzo y espera a veces durante años para que le den una tarjeta de residencia.
¿Se reconocen en las acusaciones de racismo?
Nunca llamaría racista en la señora que lloraba hace unos días porque le había ocupado su casa, a la que en Ciudad Lineal estaba angustiada por un balazo en la persiana de bandas callejeras. Tampoco a la niña de 16 años que en el Parque del Oeste fue rodeada por 18 y abusaron de ella, ni a la chica de Sabadell que ha dado un testimonio terrible de cómo la violaron en una nave, siendo en ambos casos muchos de ellos inmigrantes ilegales.
Con qué liderazgo les resulta más fácil hablar y pactar, ¿con el de Ayuso o con el Pablo Casado, que rompía con Vox en el debate de la moción de censura de octubre?
Yo tengo facilidad para sentarme a hablar con casi todo el mundo. No con la izquierda radical, no con los separatistas. Con la que tengo relación ahora mismo es con la señora Díaz Ayuso y en este matrimonio que ya no es de tres, sino de dos, será más fácil llegar a un acuerdo y sería lo lógico.
Arrancan su campaña en Vallecas. ¿Buscando polémicas en un barrio que vota a la izquierda?
No asocio Vallecas con la izquierda madrileña. Asocio Vallecas con un barrio obrero donde tengo un montón de compañeros del mundo de la construcción que ahora votan a Vox. En una democracia que se precie no se puede criticar que un partido vaya a cualquier barrio de Madrid. Qué es esto. ¿Que la izquierda hace guetos que son suyos? Yo no creo en los guetos en las ciudades. A mí nunca me escucharán decir que alguien que piensa distinto a mí no puede ir a un barrio que considero que es mío.
La candidata de Más Madrid, Mónica García, ha propuesto un pacto al resto de partidos contra el pin parental de Vox y habla de vacuna contra la ultraderecha. ¿Se reconocen como ultraderecha?
Yo no tengo nada que ver con la ultraderecha. De hecho, la ultraderecha a veces me insulta a mí. Lo que propone la señora Mónica García es propio de totalitarios, hacer cordones sanitarios a un partido. España es una democracia donde no se puede insultar, amordazar y arrinconar a millones de votantes de Vox. Quizá ella sería feliz en la Cuba del castrismo o en la Venezuela de Maduro, pero aquí respetas al que no piensa como tú, como yo respeto a sus votantes.
«Yo no tengo nada que ver con la ultraderecha. La ultraderecha a veces me insulta a mí»
¿Espera que haya debates?
Ojalá, porque me encantan los debates. Creo que es lo interesante de la política es ofrecer a los votantes en igualdad de condiciones una exposición de los argumentos de cada uno para defender sus ideas.
Madrid suele ser un termómetro electoral de España. Una mayoría de izquierdas, ¿sería un espaldarazo al Gobierno de Pedro Sánchez?
No me lo planteo. Voy a trabajar para que no ganen y estoy segura de que Vox va a ser el dique de contención para que la izquierda no gane en Madrid.
Pero si los partidos de la izquierda ganan el 4-M, ¿llamará al más votado para felicitarle?
No tengo ningún problema en felicitar a quien ha ganado las elecciones, pero ya le digo que en este caso no se va a plantear.