Alba del Prado
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dejará su impronta personal y política en la primera legislatura en coalición de la democracia como el gobernante más internacional de los que han habitado la Moncloa desde 1978. Europeista convencido y militante, el secretario general del PSOE y, desde noviembre pasado, presidente de la Internacional Socialista, quiere ‘cerrar’ por el flanco internacional una legislatura que puede definirse de cualquier manera menos de ‘fácil’. Su visita de esta semana a China, la primera de un mandatario europeo tras el encuentro de Xi Yinping con Putin, rubrica una agenda exterior con la que Moncloa pretende cabalgar hacia las elecciones generales.
El Ejecutivo salido de las elecciones de 2020 ha tenido que hacer frente, en el plano interno político, al cierre de la crisis política de la era Rajoy, la irrupción de la ultraderecha en el Parlamento, la reapertura de líneas de diálogo con el independentismo catalán.
En lo sociosanitario, el Gobierno del PSOE e IU-Podemos se enfrentó al estallido de la pandemia del Covid19 y sus efectos y, una vez superada la primera, a la tragedia del volcán de Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma.
En lo económico, cuando España se preparaba a cerrar el capítulo de la crisis financiera e inmobiliaria, Sánchez y su gobierno tuvieron que afrontar, primero, la paralización económica del país (por las restricciones al movimiento de los ciudadanos derivadas de la lucha contra la pandemia) y, después, la reactivación de esta.
Entonces, cuando solo se hablaba de los problemas sufridos en las cadenas de suministro industriales de todo el planeta por el mantenimiento del cierre de fronteras en China, una guerra a las puertas de Europa volvió a cambiar por completo el panorama. La invasión rusa de Ucrania ha derivado, además de en la evidente crisis demográfica, en un auténtico terremoto para Occidente. El uso de la energía, en concreto del petróleo y el gas natural que Rusia suministraba a Europa, como arma contra los bloqueos decididos por Occidente contra el régimen de Vladimir Putin ha derivado en una crisis energética e inflacionista que ha acelerado el encarecimiento del precio del dinero y que amenaza aún con un fuerte deterioro del crecimiento económico internacional.
Frente a eso, Sánchez ha puesto en valor reiteradas ocasiones la necesidad de elevar el perfil de España en el escenario internacional, especialmente en Europa, y de consolidar el liderazgo que en ocasiones ha ostentado durante la última legislatura. “Hay que liderar los debates en Europa y no hacer como las derechas, que aprovechan cualquier oportunidad para hablar mal de España en Europa”, señalaba.
El ancla europea
La salida política a la crisis sanitaria fue vista desde Moncloa con ojos europeos. Solo con Europa, venía a decir Pedro Sánchez cada vez que tenía ocasión, España podría cubrir sus necesidades de material sanitario -desde mascarillas a equipos de asistencia respiratoria- y de las vacunas. Y solo a través de la UE el país se abasteció de cuantas vacunas necesitó para inmunizar de forma acelerada a la población española. Sánchez desplegó entonces todos sus contactos y relaciones para promover una política común de recuperación económica para la Unión Europea.
Sánchez ha cultivado con esmero la relación con el líder alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, cuyo apoyo ha sido decisivo para desencallar el proyecto de hidroducto H2Med
Los movimientos en los que, a veces acompañaba y, a veces, se apoyaba en los países líderes desembocaron en la aprobación de la mayor iniciativa de impulso económico desplegada por Bruselas en toda su historia, los llamados fondos de recuperación o fondos Next GenerationUE.
Estos fondos prevén la concesión de hasta 360.000 millones de euros en préstamos reembolsables y otros 390.000 millones en transferencias no reembolsables (subvenciones y ayudas). De esta enorme cantidad de dinero, a España llegarán cerca de 140.000 millones de euros, de los que 60.000 millones corresponden a transferencias no reembolsables (subvenciones y ayudas) a los que se añaden hasta un máximo de 80.000 millones en préstamos. La gestión de los fondos, cuya inversión ha empezado a transformar el tejido industrial, energético y económico del país, se ha convertido en el eje de las políticas internas y económicas del Gobierno Sánchez.
Sánchez ha cultivado con esmero la relación con el líder alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, cuyo apoyo ha sido decisivo para desencallar el proyecto de hidroducto que llevará hidrógeno verde desde Portugal y España a Alemania a través del territorio de Francia e Italia, conocido como el H2Med. La oposición del presidente francés, Emmanuel Macron, a una infraestructura que pondría en peligro su capacidad de exportación fue vencida por el apoyo alemán. El proyecto, que supondrá una inversión estimada en 2.850 millones de euros, contará con una importante financiación de la UE.
España como segundo perceptor de los Fondos NextGenerationUE, ‘excepción ibérica’ para topar el precio del gas, apoyo alemán frente a Francia en temas energéticos o visto bueno de Bruselas a la reforma de las pensiones son algunos de los réditos de la agenda exterior de Sánchez
Antes, las excelentes relaciones entre Sánchez y otro líder socialdemócrata europeo, el primer ministro portugués, António Costa, han configurado un ‘corpus’ común en la política ibérica que dio como resultado más llamativo la presentación de la denominada ‘excepción ibérica’ en la fijación del precio del gas a la hora de establecer las tarifas eléctricas. Un modelo que, posteriormente, fue adaptado y adoptado por la propia Bruselas. Esta misma semana, el Consejo de Ministros ha aprobado su prórroga hasta finales de 2023 con el aval de la Comisión..
Viaje oficial a China
Sea como fuere, la futura presidencia de la UE que ostentará España a partir de junio próximo es una de las razones que han llevado al presidente chino, Xi Jinping, a invitar a Sánchez a visitar el país. El viaje, obviamente con claros objetivos políticos de país, es importante desde el punto de vista económico y comercial porque Sánchez ha podido intervenir en el Foro Asia-Pacífico ante otros mandatarios y empresas españolas con inversiones en el país asiático.
Con el runrún de la derecha y su coro de críticas por el uso del avión del Gobierno, Sánchez viaja a China para reunirse con Xi Jinping (al cierre de esta edición el encuentro entre ambos mandatarios aún no se había producido) poco después de que el presidente chino haya visitado Rusia para exponer a su «buen amigo» Vladímir Putin los detalles del plan de paz chino ante el conflicto de la guerra en Ucrania. China mantiene una actitud ambigua respecto a la invasión rusa, pero desde la Moncloa confían en que la visita del presidente español ayude a convencer a Jinping para que utilice su «potencia estabilizadora» con el objetivo de que Rusia ponga fin en la guerra.
Defensa económica, política y militar
Sánchez, que habla varios idiomas y ha vivido en el extranjero en su juventud, se siente cómodo en la esfera internacional.
A casi nueve meses de las elecciones generales previstas para diciembre, Pedro Sánchez da ahora el impulso definitivo al flanco internacional de su gestión. Lo hizo durante las primeras semanas de la guerra en Ucrania cuando España promovió un frente común europeo de respuesta a la invasión rusa decidida por Putin.
La cumbre de la OTAN en Madrid se saldó con una postura común de la Alianza Atlántica y sus aliados en apoyo de Ucrania
Y lo hizo después cuando recibió en Madrid (junio del año pasado) a los representantes de los 30 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a los que se unieron Suecia, Finlandia y Georgia, además del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen y los ministros de Jordania, Mauritania y Bosnia-Herzegovina.
Tras la cumbre, el propio presidente del Gobierno español destacaba que “lo más importante ha sido el contundente mensaje de unidad y cohesión. Hemos demostrado la fortaleza del vínculo trasatlántico. Y todas nuestras decisiones están encaminadas a preservar la paz y proteger nuestras sociedades y nuestro modo de vida”.
La postura del gobierno español ante el conflicto bélico está clara: “la unidad de Europa ante la guerra es rotunda y nuestro apoyo a Ucrania no cesará hasta que se respete su integridad territorial”.
Presidencia española de la UE
Sánchez tiene marcado en rojo el segundo semestre de 2023 en su calendario político. Será cuando asuma la presidencia rotatoria del Consejo Europeo. Pedro Sánchez ha reiterado que Europa debe continuar tejiendo alianzas que permitan al continente profundizar en una autonomía estratégica abierta, para reducir las dependencias en ámbitos como la energía, los semiconductores, la salud, las materias primas críticas o la seguridad alimentaria. Además, el presidente ha subrayado la relevancia que se otorgará durante la presidencia española del Consejo de la UE al refuerzo de las relaciones entre la UE y el Sur Global.
El líder socialista quiere una presidencia eminentemente pragmática que se cierre con verdaderos (y numerosos) acuerdos firmados. Por ello, durante los últimos meses y, muy especialmente desde principios de año, ha avanzado y negociado con diferentes países miembros, las prioridades de su hoja de ruta: expedientes de gran relevancia, como el Pacto de Migración y Asilo, enfocado hacia los países africanos especialmente o el refuerzo de las relaciones con América Latina o las nuevas reglas fiscales de la UE, son solo algunos de ellos.
El líder socialista quiere una presidencia europea eminentemente pragmática que se cierre con verdaderos (y numerosos) acuerdos firmados
De hecho, tras la reciente Cumbre de Estados Iberoamericanos celebrada en República Dominicana, el presidente español recordó la relevancia de la próxima Cumbre UE-CELAC, que se celebrará durante la presidencia española del Consejo de la UE por primera vez desde 2015, y que será una oportunidad histórica para continuar fomentando y perfeccionando esta relación multilateral.
En su ronda preparatoria de la presidencia española de la UE, Sánchez se ha entrevistado con líderes de multitud de países miembros como Bélgica, Irlanda, Finlandia o Dinamarca, además de mantener unas buenas relaciones con Alemania, Francia y Portugal. Próximamente, Italia, liderada por la ultraderechista Giorgia Meloni que, en las pasadas elecciones andaluzas participó en un mitin en apoyo de Vox. Sánchez y Meloni se reunirán en Roma a principios de abril.
La tradicional relación con Latinoamérica no ha quedado de lado en esta legislatura. Además de la asistencia a la Cumbre Iberoamericana, el presidente del gobierno ha estrechado lazos con países como Ecuador, Honduras, Colombia, etc.
Asignatura pendiente: el Sáhara
Aunque, quizá, la decisión de política internacional que más coste interno ha tenido ha sido el cambio de política respecto al Magreb. El giro que el presidente Sánchez ha dado a la tradicional política de apoyo al Frente Polisario en sus reivindicaciones de independencia para el Sáhara Occidental no ha sentado nada bien a la izquierda española, incluida buena parte de sus votantes.
La carta al rey alauí, Mohamed VI, en la que aseguraba que su plan para convertir el Sáhara Occidental en una autonomía del Reino de Marruecos era la solución “más seria, realista y creíble” para solucionar el conflicto saharaui no solo rompió esquemas sino también muchos lazos entre buena parte del electorado de izquierdas.
La decisión en el ´ámbito internacional que más coste interno ha tenido para el PSOE ha sido el cambio de política respecto al Sáhara. El apoyo a las tesis de Marruecos no solo rompió esquemas sino también muchos lazos entre buena parte del electorado de izquierdas
Cierto que el ‘giro a Rabat’ ha dado sus frutos: se ha pasado de no tener interlocución con el gobierno marroquí a mantener decenas de reuniones de ministros y de los respectivos jefes de Estado o de Gobierno. Ahora se baten récords de exportación al vecino del sur y, sobre todo, se ha recuperado la normalidad en el tráfico migratorio entre ambos países, con la reanudación de la operación ‘Paso del Estrecho’. Y, sobre todo, se ha puesto fin al chantaje migratorio que llegó a ‘enviar’ a más de 8.000 marroquíes en un día a Ceuta.
Eso sí, las relaciones con Argelia, tradicional apoyo del Polisario y uno de los principales suministradores de gas natural a España, se han resentido desde entonces.
Internacional Socialista
Tras la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, Sánchez convocó un nuevo foro de la Internacional Socialista en Nueva York, que se celebrará de forma previa a la Cumbre de Naciones Unidas prevista para septiembre, una cita que espera sirva para «reivindicar conjuntamente la Agenda 2030». Y marcó como prioridades la emergencia climática y la pobreza y la desigualdad, cuestiones en las que, precisamente, ahondaría en el nuevo foro que ha propuesto para septiembre.
En el encuentro, el presidente español se reunió con el presidente de Argentina, Alberto Fernández; el de Chile, Gabriel Boric; el de Colombia, Gustavo Petro; el de Portugal, Antonio Costa; la presidenta de Honduras, Xiomara Castro; el presidente de Bolivia, Luis Arce; y el de República Dominicana, Luis Abinader, además de Benedicta Lasi, secretaria general de la Internacional Socialista.