
Sin Maldad / José García Abad
Parece como si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se hayan puesto de acuerdo para someter la coalición social-comunista, la primera del reciente periodo constitucional, a las más duras pruebas de estrés. Hasta ahora, el Gobierno coaligado las está resistiendo con buena nota al aguantarse las mutuas puñaladas verbales sin considerar por ninguna de ambas partes la posibilidad de una ruptura.

Se llegó al extremo de lo presentable: que el grupo parlamentario socialista plantee en el Congreso de los Diputados una reforma a la ley del ‘sólo sí es sí’ que había presentado el gobierno coaligado. Después de este espectáculo esperpéntico digno de Valle-Inclán, Sánchez e Iglesias pueden concluir que la coalición puede resistirlo todo
Lo de la ley ‘sólo sí es sí’ ha estado a punto de conseguirlo, un paso de tuerca respecto a las palabras fuertes entre los ministros de uno y otro lado, a lo que ya nos habíamos acostumbrado. Se llegó al extremo de lo presentable: que el grupo parlamentario socialista plantee en el Congreso de los Diputados una reforma a la ley del ‘sólo sí es sí’ que había presentado el gobierno coaligado. Después de este espectáculo esperpéntico, digno de Valle-Inclán, Sánchez e Iglesias pueden concluir que la coalición puede resistirlo todo.
Mientras Yolanda se difumina…
Creo que nadie se sorprenderá de que, mientras observo como se desinfla la Suma espirituosa de Yolanda Díaz, sitúe a Iglesias como el interlocutor de Sánchez, a pesar de ser aquél un “simple civil”, un “ciudadano privado” o un “militante de base” como se viene presentando desde que dimitió de su alto cargo vicepresidencial. Pablo Iglesias es el único interlocutor posible en las presentes circunstancias, quien a falta de un puesto orgánico en Unidas Podemos manda con su ‘auctoritas’. Es la única figura indiscutible, mayestática, capaz de situarse por encima del carajal que reina en su partido.
Cuando se produce un desafío, político o de otro tipo, como el matrimonial, suele ocurrir que siempre hay uno de los contendientes con más posibilidades de imponerse, el que tiene la última palabra. En este caso creo que Pedro Sánchez es quien se siente y se sienta más seguro.
No sólo porque es el único que puede disolver el gobierno y convocar elecciones, sino también porque se da la sorprendente circunstancia, en la presente “relación de fuerzas en presencia” como canta la dialéctica marxista, de que cuenta con el apoyo de las otras fuerzas, que junto a Podemos, le llevaron a la Moncloa, con la coalición de fuera, la de hecho. No hay más que ver como se tratan Sánchez y el presidente de la Generalitat Pere Aragonès, con la amable presencia en el día a día en Barcelona del primer secretario del Partido de los Socialistas Catalanes (PSC), Salvador Illa.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.