Javier Quintana
A un mes de las elecciones autonómicas y municipales, en Ferraz tienen claras cuáles son las plazas a tomar para allanar el camino a Sánchez de cara a los comicios generales. El PSOE, que lleva promoviendo durante toda la legislatura su papel de `pacificador´ en el conflicto catalán, considera que una victoria socialista en Barcelona daría por finalizado el procés. Además, apartar a los comunes del Ayuntamiento sería un contratiempo para Yolanda Díaz, que tiene en Colau a su más acérrima aliada. Sánchez, que trata de dar la máxima visibilidad a Collboni, cerrará la campaña en Barcelona.
El `ayusismo´ reinante en la capital del país abrió hace unos meses un nuevo horizonte en Ferraz de cara a las campañas electorales que se van a suceder en los próximos meses. Si bien el partido ha tratado de revitalizar su posición en la urbe madrileña con el nuevo liderazgo de Juan Lobato, desde la cúpula del mismo son conscientes de que conquistar la Puerta del Sol no ha de ser su lucha. Por ello mismo el equipo de Sánchez se ha puesto manos a la obra para catapultar a Salvador Illa y Jaume Collboni en sus respectivas carreras electorales. Concretamente, durante las últimas semanas el seno socialista ha intensificado su respaldo al candidato a la alcaldía de Barcelona, una de las capitales de provincia donde más apretados están los sondeos.
De hacerse con el Ayuntamiento barcelonés, la victoria socialista sería doble. No sólo se harían con uno de los principales consistorios a nivel nacional, sino que apartarían del mismo a Ada Colau, brazo derecho político de la líder de Sumar, Yolanda Díaz. Una derrota de la actual regidora sería un varapalo para la recientemente conformada formación política, que pugna con los socialistas por los votantes situados más a la izquierda del espectro político. Asimismo, el éxito socialista daría validez a la estrategia política esgrimida por ell Gobierno para con Cataluña durante esta última legislatura.
El PSC, con ligera ventaja en los sondeos
El trío Jaume Collboni, Xavier Trias y Ada Colau lleva semanas protagonizando una vertiginosa contienda por posicionarse en la cabeza de los sondeos y encuestas electorales. Según un compendio ofrecido hace unos días por RTVE, el actual primer teniente alcalde de la ciudad, Collboni, se sitúa actualmente en cabeza. Sin embargo, la diferencia con sus perseguidores es ínfima. En todo caso, los resultados requerirán de pactos políticamente complicados.
La evaluación de RTVE augura un empate técnico entre el PSC y Junts, que se situarían en los diez concejales. No obstante, los socialistas se encuentran un pasito por delante en porcentaje de voto. Ambas formaciones mejorarían sus últimos resultados. En el caso de los independentistas, la candidatura de Trias ha impulsado a un partido que busca recuperar la alcaldía perdida en 2015. Con la tesis independentista aparcada, Trias mantiene una campaña centrada en la oposición a Colau para intentar tomar Barcelona. El `anticolaunismo´ se ha convertido en el eje vertebrador de su ideario político, y de momento los efectos para el candidato son positivos. No obstante, en el caso de proclamarse ganador, tendría igualmente que lograr un pacto con el PSC o ERC.
Moncloa y Ferraz se han puesto manos a la obra para catapultar a Salvador Illa y Jaume Collboni en sus respectivas carreras electorales. Cataluña es el territorio que aporta más diputados después de Andalucía
Los `comuns´, por su parte, se sitúan a un concejal de la cabeza, con nueve. Colau podría incluso verse beneficiada por la aparición de Trias, que posibilita a la intendente recuperar ese discurso sobre el `peligro´ de que las élites económicas vuelvan a manejar Barcelona a su antojo. Tampoco parece que vaya a afectarle demasiado la polémica por su plan de movilidad. Los principales críticos son ciudadanos de los alrededores de la ciudad que temen esta `guerra contra el coche´ de la alcaldesa. Es decir, individuos sin derecho a voto en la Ciudad Condal. Con el apoyo de una vicepresidenta segunda del Gobierno y candidata a la Presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, que sigue muy atenta el día a día en Cataluña, Colau busca salir vencedora de unas elecciones que ya perdió en 2019, cuando sólo pudo reeditar gobierno gracias al apoyo de tres concejales de la candidatura de Ciudadanos: los que, como independientes, lideraba Manuel Valls (los otros tres del partido naranja votaron en blanco).
Los sondeos sitúan más lejos al candidato de ERC, Ernest Maragall, que rondaría los siete concejales y pegaría así un bajón importante respecto a la última cita electoral, de la que resultó ganador aunque finalmente no acabara gobernando.
Por otro lado, un compendio de encuestas aún más reciente de El Periódico de España sitúa a Trias 1,4 puntos por delante del candidato socialista. En definitiva, el duelo está reñido y todo hace presagiar que los resultados serán parejos.
Collboni: el aspirante sorpresa
Es cierto que Colau tiene la baza de contar con unos votantes fieles. Y que Xavier Trias parece haber encontrado en esa férrea crítica a la gestión de la alcaldesa el ingrediente perfecto para remover a la ciudadanía más descontenta con ese ambiente de `inseguridad´ en el callejero barcelonés que tanto ha alimentado la oposición en los últimos años. Sin embargo, el único de los tres aspirantes que podría optar a hacerse con la alcaldía en caso de no ganar las elecciones no es otro que Jaume Collboni. Como hemos apuntado, actualmente los sondeos lo colocan anecdóticamente por encima de sus contrincantes. Pero, incluso en el caso de finalmente acabar por detrás de alguno de ellos, la permeabilidad socialista para negociar con un amplio espectro político de cara a lograr una alianza posibilitaría que alzase el bastón de mando pese a no vencer en los comicios. El PSC ya ha hecho gala de esta `centralidad´ en el Parlament en más de una ocasión. Hace unas semanas, sin ir más lejos, su pacto con ERC sirvió para aprobar los presupuestos. Tan sólo unas horas más tarde, los socialistas acordaron con Junts tumbar el plan piloto de la renta básica.

Por el momento las encuestas no invitan a pensar que al candidato le haya podido pasar factura haber sido socio de Colau esta misma legislatura. La marca socialista está en auge en territorio catalán. Las políticas apaciguadoras con el territorio ejercidas por Sánchez los últimos años parecen tener más fuerza que esas tímidas críticas que han llegado hasta Collboni por haber sido partícipe de la última legislatura. Asimismo, presenta un programa bastante más beneficioso para el sector empresarial que el nuevo modelo turístico que propone Colau. Esto podría suponer para el candidato un paso adelante en busca de ese votante algo más conservador. El ex primer teniente de alcalde abandonó el gobierno para “preparar la campaña”. Pero el objetivo de distanciarse de la alcaldesa estaba en la mente de todo el electorado cuando anunció su renuncia el pasado mes de enero. Y es que el socialista, libre de ataduras tras su renuncia, ha sido muy duro en las últimas semanas con su antigua socia de gobierno. «En estos 8 años, y con referencia al conjunto de los municipios del área metropolitana, no ha practicado la fraternidad, y lo que ha hecho es convertir Barcelona en una supermanzana de dogmatismo, sectarismo y aislamiento», declaró en febrero respecto a la alcaldesa.
Collboni quiere seguir la estela de un Salvador Illa que logró en las últimas elecciones autonómicas los mejores resultados socialistas en los últimos cinco comicios. El ex ministro de Sanidad supo ganar votos constitucionalistas al mismo tiempo que se ganaba la confianza de aquella parte del electorado harta del procés, pero que sigue reclamando un mayor autogobierno en Cataluña. Esta es la dinámica que sigue estos días un Collboni que quiere reeditar los buenos resultados del líder autonómico de su partido.
Más allá de formar gobierno, para el PSOE es crucial una victoria electoral en Barcelona.
La economía, principal baza
Collboni ha procurado también hacer de la promoción económica su principal argumento para asaltar el Ayuntamiento. El candidato, en consonancia con la Moncloa, diseña un plan para traer de vuelta a las empresas que abandonaron la ciudad a causa del `procés´. Inversiones en infraestructuras tractoras, bonificaciones fiscales y diálogo institucional son las iniciativas que Collboni maneja para promover esta `vuelta a casa´. En el caso de estos incentivos fiscales, el IBI y el IAE podrían pasar a bonificarse hasta en un 95%. Banco Sabadell, CaixaBank o Catalana Occidente son algunas de las empresas a las que apuntarían estas medidas.
En definitiva, gran parte del programa del candidato socialista se centra en “reconvertir” Barcelona en un motor económico.
Un Sánchez volcado
Todo este interés socialista en lograr unos buenos resultados en Barcelona ha cristalizado en un goteo incesante de apoyo a la candidatura de Collboni desde Moncloa. Ya es de dominio público que Pedro Sánchez ha elegido Barcelona para cerrar la campaña electoral del 28-M. Esta circunscripción es la segunda que más escaños reparte en las generales, por lo que conquistarla es crucial electoralmente (más allá de reforzar esa idea de `convivencia´ que el Gobierno `ha logrado´ para con Cataluña).
La Ley de Vivienda, la presencia de ministros en Barcelona, el cierre de campaña de Sánchez en la Ciudad Condal…. todo para dar mayor visibilidad y beneficiar a la campaña de Collboni
El partido, primeramente, ha echado un cable político a su candidato catalán. La ley de Vivienda, recientemente votada en el Congreso, `desarticula´ uno de los puntos fuertes del discurso de una de sus contrincantes, Ada Colau. La movilización de viviendas de la Sareb, que irán destinadas a alquileres más asequibles, hace lo propio. Si bien la candidata de los comunes tiene en la guerra del coche, la negativa a ampliar el aeropuerto de El Prat o su crítica al turismo de cruceros más argumentario político, las últimas iniciativas socialistas en clave nacional imposibilitan hacer de la vivienda uno de los ejes de su discurso contra el PSC.
De igual forma, Sánchez tratará de dar la máxima visibilidad posible a su aspirante en Barcelona. Sus principales adversarios, Xavier Trias y Ada Colau, acostumbran a tener una amplia notoriedad en la cadena autonómica, TV3, donde Collboni suele quedar relegado a un segundo plano por el tipo de público que consume el canal (en su mayoría independentista).
No obstante, esta presencia exhaustiva de Sánchez en la campaña electoral asegura la presencia de los principales medios nacionales en los mítines del partido. De esta forma, el electorado constitucionalista, uno de los principales objetivos del PSC, tendrá acceso a los mítines.
Sant Jordi como primera `cita´ con la Moncloa
Hasta tres ministros del PSOE se dieron cita el pasado fin de semana en Barcelona en lo que se convirtió en toda una declaración de intenciones del continuo trasvase Moncloa-Ciudad Condal que se prevé para los próximos días. José Manuel Albares, Miquel Iceta y Félix Bolaños visitaron la ciudad con la festividad de Sant Jordi como excusa. En el caso del ministro de Presidencia, Bolaños aprovechó para descartar de nuevo cualquier posibilidad de referéndum, asegurando que Cataluña ha pasado página en cuanto al procés se refiere, unas palabras que Junqueras tomó por “provocativas”. El ministro paseó el domingo por las Ramblas acompañado de Illa y del propio Collboni, donde apuntó que hoy Cataluña mira al futuro “con optimismo”.

Sánchez tiene claro que necesita más de una victoria electoral en Sevilla (población más grande bajo dominio socialista), Valencia (donde la pugna está también muy reñida) y Barcelona para poder proclamarse `vencedor´ en las municipales. Con Madrid perdida, Barcelona copa todo el protagonismo en la campaña socialista. Con el objetivo de consagrarse como pacificador en el conflicto catalán y de dar por terminada la etapa política nacida del 15-M, el PSOE emprende con entusiasmo la lucha por recuperar una plaza que gobernó desde el regreso de la democracia hasta el año 2011 y que se antoja vital para revalidar la Moncloa a final de año.