Javier Quintana.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, llamó este pasado martes en las Cortes “imbécil” a su predecesor en el cargo, el procurador de Ciudadanos Francisco Igea. Tal y como han podido corroborar políticos de varios grupos, la razón por la que Gallardo interrumpió su discurso durante la sesión fue el insulto que el líder de la extrema derecha en la Junta le dirigió. Igea rogó al presidente de la Cámara, Carlos Pollán (Vox) que respondiera ante tal espectáculo, a lo que el presidente respondió instándole a proseguir con su discurso.
Por si no hubiera sido suficiente la escena vivida en la jornada del martes, el mismo miércoles volvió a haber jaleo en el Parlamento castellano-leonés. El vicepresidente de la Cámara, Francisco Vázquez, dictaminó un receso de 15 minutos para tratar de calmar los ánimos. “Estoy por suspender la sesión y la reanudamos esta tarde, que se jodan”, había amenazado con anterioridad Vázquez.
La polémica llegó durante la intervención del procurador del Grupo Mixto, Pablo Fernández (Unidas Podemos), en pleno debate sobre el cambio en la forma de designación de senadores autonómicos. Ante sus críticas a un Senado que considera “un cementerio de dinosaurios” y “una puerta giratoria”, el murmullo en la sala empezó a aumentar hasta el punto de que Fernández vio interrumpido su discurso por el protagonista de la jornada anterior, García-Gallardo, y el portavoz del grupo popular, Raúl de la Hoz. “Aquí se puede insultar impunemente sin que el presidente de las Cortes diga nada de nada, aquí se pueden hacer aspavientos, aquí se puede interpelar al orador sin que nadie diga nada. Es un escándalo lo que ustedes están permitiendo”, ha apuntado Fernández. Ante las risas de la bancada derechista y el ambiente irrespirable, finalmente Vázquez ordenó el receso.
Pese a ser protagonista en dos sesiones consecutivas por su mala conducta, García-Gallardo ha optado por no disculparse ni con Egea ni con Fernández.