
Sin Maldad / José García Abad
He leído tres manifiestos lanzados en unos meses por unos ‘abajofirmantes’ que utilizan la fórmula decimonónica, de amplia tradición hispana, firmados por generales liberales o reaccionarios y revolucionarios civiles. Una fórmula anacrónica que hizo comentar a uno de los que se negaron a firmar uno de ellos: “En la era de Twitter, hay que ser cuidadosos con los manifiestos, sobre todo encabezados por venerables representantes del tradicional poder masculino”.

He leído tres manifiestos lanzados en unos meses por unos ‘abajofirmantes’ que utilizan la fórmula decimonónica del manifiesto de amplia tradición hispana firmados por generales liberales o reaccionarios y revolucionarios civiles. Una fórmula anacrónica que hizo comentar a uno de los que se negaron a firmar uno de ellos: “En la era de Twitter, hay que ser cuidadosos con los manifiestos, sobre todo encabezados por venerables representantes del tradicional poder masculino”
Aparecen importantes socialistas y exsocialistas acompañados de buena gente de derechas de toda la vida que comparten con los disidentes del PSOE un odio sin cuartel a Pedro Sánchez, a quien no perdonan que haya ilusionado a su histórico partido refugiado en los hogares del jubilado, elevándole al poder donde está demostrando una capacidad asombrosa para manejarse en las situaciones más difíciles, convirtiéndose en un ejemplo para la socialdemocracia europea
Se repiten en ellos algunos nombres, mayormente de guerristas de acendrado nacionalismo jacobino, junto a resentidos que no aguantan el éxito de su secretario general. Alguno, como Joaquín Leguina, expulsado del partido, y otros como el exministro José Luis Corcuera, que rompió el carné, junto a un Nicolás Redondo Terreros que tan bien sintonizaba con José María Aznar.
Aparecen acompañados de buena gente de derechas de toda la vida que comparten con los disidentes del PSOE un odio sin cuartel a Pedro Sánchez, a quien no perdonan que haya ilusionado a su histórico partido refugiado en los hogares del jubilado, elevándole al poder donde está demostrando una capacidad asombrosa para manejarse en las situaciones más difíciles, convirtiéndose en un ejemplo para la socialdemocracia europea.
El primer manifiesto de la ‘Contra’ fue emitido por la Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición bajo un título alarmante: “En Defensa del Orden Constitucional”. Como si el líder socialista estuviera empeñado en sumirlo en el desorden anticonstitucional.
La misma asociación nos obsequió con otro en el que se notaba la mano oculta de consejeros del gobierno andaluz y de Susana Díaz, histórica adversaria del compañero y sin embargo enemigo Pedro Sánchez
Llamamiento al PSOE
El último que he recibido, firmado en Barcelona y Madrid, a 15 de enero de 2023: “Manifiesto a la sociedad española ante el desafío constitucional”, ostenta firmas de disitinto color pero con mas abundancia de socialistas o simpatizantes.
Hacen un llamamiento al PSOE para que recupere su proyecto histórico, que le llevó a contribuir a la elaboración y respaldo de la Constitución de 1978 e instan a que alcen la voz muchos socialistas, hoy “silentes”, que observan “alarmados este proceso de deserción de sus compromisos constitucionales”.
Advierten en su primer párrafo: “La democracia en España, como en cualquier país, nunca es irreversible. La coalición gubernamental, presidida por Pedro Sánchez y apoyada en el Congreso de los Diputados y en el Senado por los grupos parlamentarios independentistas, ha quebrado el proyecto histórico del PSOE comprometido con el cumplimiento de la letra y el espíritu de la Constitución de 1978, expresión genuina del pacto de concordia alcanzado en la Transición. No detectamos en la derecha española energía, propuestas ni discurso adecuados para resolver la actual situación”.
Lo firman, entre otros, periodistas como Miguel Ángel Aguilar, Augusto Delkáder, Juan Luis Cebrián, Antonio Caño o Javier Ayuso; analistas políticos como Ignacio Varela o Gorka Maneiro; juristas como Clemente Auger; catedráticos como Luis Rodríguez Ramos; abogados como Elisa de la Nuez, o Javier y Fernando Múgica; embajadores como Leopoldo Stampa, Carlos Bastarreche o Inocencio Arias o empresarios como Ramón Mendozao Daniel de Busturia.
Aparecen numerosos exministros del PSOE y del PP como César Antonio Molina, José Luis Corcuera, José María Michavilla, Rafael Arias Salgado o José Luis Leal; escritores como Fernando Savater, Félix de Azúa, Félix Ovejero o Andrés Trapiello; el expresidente del CES Marcos Peña; el expresidente de la CNMV Sebastián Abella o el exdirector del CNI, Jorge Dezcallar.
Se suman significados socialistas como el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, el exsecretario general del PSE, Nicolás Redondo o Pedro Bofill, que formó parte de la Ejecutiva del PSOE hasta 1989; laeurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa; el exdiputado en el Parlamento Europeo Francisco Sosa Wagner o la exministra de Cultura y Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. Además de personalidades como Manuel Aragón, Adela Cortina, Enrique Gimbernat, Emilio Lamo de Espinosa, Araceli Mangas, José María Mohedano, Alfonso Novales, Encarna Roca, Gabriel Tortella y Ramón Vargas Machuca.
Sería muy interesantes que los activistas de estos manifiestos publicaran también los nombres de los socialistas que se negaron a firmar.