Teresa Carreras
Han pasado ya cuatro años desde el feminicidio de su hija, en México, y todavía pronunciar la palabra impunidad le duele y humedece sus ojos. La periodista y defensora de los derechos humanos de las mujeres, Soledad Jarquín Edgar, ha venido a Europa a buscar la justicia que se le niega en México. Y ha denunciado al Estado Mexicano, ante la ONU, en Ginebra, por su responsabilidad en el caso de su hija María del Sol Cruz. “Me voy fortalecida del trabajo realizado estos días ante las y los actores internacionales europeos y mantengo una bien fundada esperanza de que se pueda hacer #JusticiaParaSol y para todas las víctimas de feminicidio en Oaxaca y México” ha dicho la periodista oaxaqueña a El Siglo.
¿Por qué ha venido a Europa a buscar justicia?
La falta total de acceso a la justicia que hay en México para dar respuesta a los feminicidios nos ha obligado a buscar otras salidas. Acompañada por el Consorcio de Oaxaca hemos acudido ante diversas instancias, organizaciones defensoras de derechos humanos y gobiernos internacionales de Bruselas, Ginebra, París, Berlín, Barcelona y Madrid. Hemos recorrido, pues, cinco países y seis ciudades europeas con el objetivo de denunciar la impunidad y buscar #JusticiaParaSol, mi hija, víctima de feminicidio en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, México. En este cometido no estoy sola. Somos muchas madres que conmigo denuncian los patrones de violencia feminicida denunciados por todas nosotras.
Soledad, ¿ha recibido de Europa la escucha que no le ha dado su país y el de María del Sol?
Tanto las instituciones, como los organismos internacionales y los gobiernos me han mostrado su preocupación por lo que está sucediendo en México, que lo podemos resumir en violencia e impunidad de la fiscalía ante numerosos hechos delictivos que suceden a diario. Espero que este apoyo recibido se traduzca en algo que haga mover a México para que la gente pueda vivir allí sin miedo, con respeto al otro y con libertad, especialmente las mujeres.
¿Cómo ha sido su paso por los actos organizados en Barcelona y Madrid?
En ambas ciudades presentamos la campaña “Justicia para Sol”. En el acto en el Colegio de Periodistas de Catalunya me emocioné al sentir el aliento de tantas compañeras, la mayoría integradas en la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, en GAMAG Europa y en “La Independent” y numerosas activistas de “Furia Mexicana” de la capital catalana. Nos recibió la consellera de Igualdad y políticas inclusivas. En Madrid, sin embargo, no nos recibió nadie del Gobierno.
¿Cree que es posible que hubiera presiones del gobierno mexicano hacia el español para no recibirla?
No tengo la menor idea de si hubo algún obstáculo. Lo cierto es que la ministra de Igualdad no nos recibió. Me pareció extraño porque en una comunicación nos dijo que estaba de regreso de Nueva York. Es posible que hubiera algún problema pero no tengo ninguna prueba.
Me voy muy contenta con el trabajo hecho porque el viaje ha sido muy visible a través de los medios de todos estos países. Incluso en Suecia, donde no fui, ocupó páginas en los periódicos. Esto es síntoma de que los feminicidios y la impunidad que se vive en México preocupa en los países democráticos.
“De este viaje a Europa me llevo la satisfacción de haber podido presentar una denuncia formal contra el Estado mexicano ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres”
¿Qué se lleva de Europa?
La satisfacción de haber podido presentar una denuncia formal contra el Estado mexicano ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés). Judicializar estos casos no es fácil y lo conseguimos. Vamos a esperar la respuesta. Denuncié también la impunidad, la corrupción de la Justicia en México y la grave situación de violencia feminicida en todo el Estado federal ante el Consejo de Derechos Humanos y, en particular, de Reem Alsalem, la Relatora Especial de la ONU sobre Violencia contra las Mujeres. Mi hija tuvo que cumplir una orden ilegal que le dio su jefe. Ella no tenía nada que hacer en Juchitán pero su jefe conocía el peligro que corrían. Me llevo buenas sensaciones y una esperanza fundada en que se hará justicia para esclarecer quién o quienes ordenaron y ejecutaron el triple asesinato, de mi hija, de 27 años, de la candidata Pamela Terán Pineda y de su chófer, Adelfo Guerra Jiménez. Espero que los asesinos sean juzgados, castigados y condenados.
¿Qué es el Consorcio Oaxaca que le apoya en el viaje?
El Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de Oaxaca es una organización civil feminista que promueve el respeto y el ejercicio de los DDHH de las mujeres y la igualdad de género. Es una entidad independiente con financiación internacional. Nació hace diecinueve años en Oaxaca impulsada por Ana María Alejandra Hernández Cárdenas, Pilar Muriedas y una tercera directiva más joven, Yésica Sánchez Maya, que se encarga del área jurídica. Ellas me plantearon que habiendo sido sobreseído el caso, pero con muchas lagunas, me aconsejaban denunciarlo en este contexto internacional. Este es el primer caso que se ha presentado ante la CEDAW contra el Estado mexicano.
¿Por qué cree que se ha llegado a esta situación?
México no es un país que esté oficialmente en guerra, como Ucrania, por ejemplo. En México estamos así porque vivimos en un contexto de violencia generalizada. Tenemos una crisis de seguridad muy fuerte y que viene de lejos pero sobre todo tenemos una crisis muy aguda en la procuración de justicia. Y esta impunidad tan enorme que hay en México es lo que hace que estos crímenes se repitan constantemente porque no se castigan. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dice que los van a investigar y nunca lo hacen. Simplemente los archivan. El 98% quedan en la más absoluta impunidad. Con AMLO ya van más de cincuenta periodistas asesinados en cuatro años de gobierno.
Por ejemplo, después del asesinato de mi hija se abrieron seis líneas de investigación. Cuando pudimos ver el informe nos dimos cuenta de que no habían indagado nada. Esto es impunidad, una prueba de justicia corrupta.
¿Ha dejado de creer que su país y el de María del Sol termine con la corrupción que da origen a tanta impunidad y se haga justicia de una vez?
Esta pregunta me la hago yo muchas veces porque me preocupa hasta dónde podemos resistir esta condición de vivir en la impunidad. Pero mi creencia fundamental es que se tiene que resolver. No sé si se tienen que refundar las fiscalías en México. Pero si sé que todos estos funcionarios que han hecho tan mal su trabajo durante tantos años y que se han dejado corromper por el narco se tienen que ir a la calle. Y los responsables de haberlos mantenido deben ser sancionados legalmente. El sistema se tiene que cambiar de arriba a abajo con policías profesionales. Nosotros no tenemos una policía científica profesional. La corrupción atraviesa el sistema desde la raíz. En México cualquier persona recibe dinero del crimen organizado para dejar pasar, para no ver, para no condenar. Esto es una realidad que está documentada por mucha gente en el país.
Según datos de la periodista mexicana afincada en Barcelona Sonia García García, desde 1984 se han asesinado a más de 250 periodistas, un 14 % de los cuales son mujeres. ¿Por qué es más peligroso ser hombre que mujer en esta profesión?
Se matan a muchos más hombres que mujeres, sí. Pero las mujeres periodistas recibimos además otros tipos de violencia que en el periodismo es muy vasta.
La más generalizada viene de la censura donde te dicen lo que puedes publicar y lo que no porque afecta a tal o cual autoridad municipal. También y, esto lo he investigado yo, hay mucho acoso sexual tanto de los compañeros de trabajo como de las personas que vas a entrevistar y, aunque las mujeres somos menos corruptibles, muchos funcionarios públicos nos amenazan. Y finalmente hay un tercer grupo de periodistas que dejan la profesión porque ven su vida en peligro.
¿Cómo era María del Sol?
Mi hija siempre fue una muchacha muy alegre y muy vocacional en su trabajo. Era muy cariñosa.
Las dos hablábamos mucho porque me siguió profesionalmente desde muy chiquita. Siempre iba con su cámara. Un día vimos en la televisión unos hijos que dejaban a sus padres en la calle. Ella, con unos siete años, me preguntó: “Mamá esto se puede hacer, ¿verdad? Y contestó firme: Ccuando yo sea grande voy a luchar para que esto no suceda. Tenía un sentido social muy desarrollado. Siempre se esforzaba mucho en todo. Sus hermanas María Fernanda, la mayor y luego Paulina la echan mucho en falta.
“México no es un país que esté oficialmente en guerra, como Ucrania, pero vivimos en un contexto de violencia generalizada”
¿Quiénes son, en su opinión, los responsables de estos feminicidios políticos y que tantos asesinatos queden sin esclarecer?
El caso de mi hija tiene unos responsables concretos; de un lado la Fiscalía, del otro, las autoridades políticas del Estado de Oaxaca y las Federales. Yo he denunciado de manera reiterada el mal funcionamiento de la Fiscalía, y concretamente la dejadez profesional del que era entonces Fiscal del Estado de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez, que fue apartado del cargo y lo ha sucedido Arturo Peimbert Calvo con quien tampoco se avanza. A nivel político los responsables son el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, que es donde topa el caso y el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por ser el último y responsable máximo y por decir que se van a resolver los casos y nunca ser resuelve ninguno. En mi opinión en México vivimos cada día una narcopolítica de la que solo nos libraremos cuando el crimen organizado no campe a sus anchas. La Fiscalía y el Gobierno son fruto de una sociedad machista que no trabaja ni por la libertad de las personas, ni por la democracia. Vivimos una política de simulación perfecta. México firma todas las convenciones pero no cumple ninguna.
¿Hay mucho odio en la sociedad mexicana?
Hay mucho odio, sí. Si revisas las discusiones en las redes sociales por cuestiones políticas te vas a dar cuenta enseguida. Nos tenemos que rebelar frente a la violencia, el Gobierno no da la importancia necesaria a esta impunidad que nos ha acostumbrado a la falta de justicia.
¿Sería capaz de afirmar que en México no existe ni libertad de información, ni de opinión?
Yo digo que en México existe esta libertad, pero no para todos. La precariedad es una de las causas. Los medios de comunicación viven de la publicidad institucional en cualquiera de su fórmula. Estamos luchando mucho por la libertad de expresión. Ahora podemos hablar del Presidente, de la Iglesia y de los militares, algo que antes no podíamos hacer.
¿Y de los narcos?
De los narcos todavía no podemos hablar porque entonces sí que nos matan. Esta es una realidad. O te tienes que exiliar, como es el caso de Anabel Hernández y otras periodistas fundamentales en México que han tenido que salir porque han tocado las cuerdas del narcotráfico.
¿La policía y el narcotráfico serían las corporaciones más corruptas?
El narco ha corrompido el sistema político mexicano, incluyendo el Ejecutivo, que empieza con la policía hasta los más altos mandos. Esto nos queda claro a todos los mexicanos. Lo que suceden hoy en día en el país no tiene otra respuesta.