Juana M. Vera Meizoso
Sonia Delaunay, Vanessa Bell, Raoul Dufy, Duncan Grant, Marc Chagal, Alexander Calder, Henry Moore, Henri Matisse, Georges Braque, Fernand Leger, Joan Miró, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Andy Warhol son algunos de los artistas, cuyas obras nacidas para tejidos se pueden contemplar en la exposición Textiles de Artistas, en la Fundación Barrié de A Coruña, hasta el próximo 19 de junio. En la exposición también participan los artistas contemporáneos Damien Hirst, Zandra Rhodes, Howard Hodgkin y Sterling Ruby. Producida por el Fashion and Textile Museum de Londres, la muestra llega en primicia a España y nos invita a un viaje en el que descubrimos la relación entre industria y arte, entre consumo y consciencia.
¿Es posible llevar la esencia del arte a nuestra vida cotidiana? Si es posible, ¿cómo se puede hacer? Hace algo más de cien años William Morris y su movimiento de creadores Arts & Crafts dieron respuesta a estas preguntas. En el Reino Unido de entre siglos (XIX-XX), tras casi cien años del inicio de la Revolución Industrial, el creador inglés logró acercar la esencia del arte, el proceso de creación, a los objetos que utilizamos en nuestra vida cotidiana. Poco después, cuando el Art Nouveau impregnaba de belleza las arquitecturas realizadas en forjado de hierro, en madera, y también las joyas y la ropa, miembros de los movimientos fauvista, futurista y constructivista dedicaron su tiempo a crear diseños para tejidos destinados a la decoración y a la moda. Continuaban el deseo de William Morris y afianzaban la colaboración entre industria y arte, entre consumo y consciencia.
Las creaciones para tejidos realizadas por Henry Moore, Henri Matisse, Alexander Calder, Salvador Dalí y Andy Warhol afianzaron la relación entre industria y arte durante los años 40, 50 y 60 del siglo XX
La Fundación Barrié de A Coruña acoge, en primicia para España, la exposición Textiles de Artistas, producida por el Fashion and Textile Museum de Londres, fundado por la diseñadora británica Zandra Rhodes en el año 2003 y parte del Newham College of Further Education. Dividida en doce secciones, la exhibición nos invita a un viaje muy especial. A través de ella podemos descubrir, no sólo cómo se vestían las personas entre los años 40 y 60 del siglo XX y con que tejidos decoraban sus hogares, sino también como esos tejidos reflejaron los cambios en la producción industrial, en el arte, en la relación entre ambos, y en la relación de ambos con los hábitos. La exposición también dedica una sección, la titulada “Artistas y artículos textiles en la actualidad”, a creadores contemporáneos. Con ella se abre la muestra.
Un mundo de color y vida
Entra en el infinito: Revelación, primera obra que el visitante puede contemplar al entrar en la exposición, y parte de la sección mencionada anteriormente, es el nombre que Damien Hirst ha otorgado a su tapiz de tela jacquard, producido tras la elaboración de una pintura con tecnología en giro. Su obra es un mundo de color y de vida, de movimiento y verdad. De sueño. “La estética de aleatoriedad del original se yuxtapone al presente proceso matemático de división, reflexión y repitición”, se lee en el texto, que se halla junto a su tapiz. Escalera de Jacob, 2013, segunda obra de la exposición, es un pañuelo creado por Damien Hirst en colaboración con Alexander Mcqueen. Inspirada en el Infierno de Dante, muestra una calavera con mariposas y nos invita a soñar, a subir y a bajar por la Escalera de Jacob, a través, en este caso, del color y de la forma. Marcel Vertes, a través de su pañuelo de seda serigrafiado Parcela de verduras, tercera obra de la exposición, nos habla de la relación entre la naturaleza y el espíritu humano, algo que también hace Zandra Rhodes quien, también en esta primera sección, nos muestra el tejido que creó para la colección Cruise de Valentino, en el año 2018, inspirada en el Jardín de las Delicias de El Bosco. Frente a las obras mencionadas se halla la titulada Bandera-Vela, formada por una película de 2 min., 39 sg. y la tela, que se usa en el film. La obra de Sterling Ruby / S. R. Studi LA. CA (Los Angeles, EE UU, 2020), nos pregunta “¿dónde estamos, qué ha ocurrido?”, y constituye una crítica a la falta de empatía y de respeto. Sterling Ruby dice “quememos la bandera” al final de su reflexión filmada. El visitante percibe entonces el hilo de coherencia que relaciona y une las obras de esta primera sección de la exposición.
“Se levanta el telón”; “Gran Bretaña, década de 1940: Un mundo feliz”; “Estados Unidos, década de 1940: Cosas surrealistas”;“Décadas de 1940 y 1950, Horrockses Fashions: Como para vestir a una reina”; “Gran Bretaña, década de 1950: Paleta y telar”; “Gran Bretaña, década de 1950: Pintura en tejidos”; “Los diseños de Hammer Prints: Este es el mañana”; “Estados Unidos, década de 1950: Maestros modernos”; “Estados Unidos, década de 1960: El Picasso oculto”; “Década de 1960: Pioneros del Pop y Estados Unidos, décadas de 1950 y 1960” e “Ilustración de artículos textiles” son las otras secciones de la exposición. Estampados de Sonia Delaunay (Francia), una serigrafía sobre terciopleo de Duncan Grant (Reino Unido), y tejidos con diseños de la norteamericana Ruth Reeves, son obras con las que el visitante se puede deleitar en la sección “Se levanta el telón”, desde donde también podrá contemplar las pañoletas creadas por los artistas Henry Moore y Henri Matisse para el fabricante de tejidos Ascher Ltd, en los años 40. Años difíciles, durante los que el Reino Unido luchaba por su existencia. El impulso de las exportaciones fue fundamental para su recuperación. El Consejo del Algodón, bajo la dirección de James Cleveland Belle, promocionó, en ese tiempo, los artículos textiles y la sociedad Cresta Silks, del padre del pintor Patrick Heron, expuso artículos textiles en la muestra Gran Bretaña puede conseguirlo (Britain Can Make It), que fue un éxito de público. Todo esto lo descubre el visitante en la sección “Gran Bretaña, década de 1940: Un mundo feliz”, desde donde se acercará al surrealismo de los años 40 en los Estados Unidos, siguiente sección de la exposición.

¿Infinito dónde?, una corbata de rayón serigrafiado es la primera creación que el visitante contempla en esta sección. Se trata de una obra de Salvador Dalí. Junto a ella se hallan Rocas del desierto y Lluvia de primavera, dos diseños textiles del artista. Número, por favor, pañuelo en donde aparecen auriculares de teléfono y constituye un avance de lo que será el Arte Pop, Bailarina y Armadura Clásica, son otras obras del artista español que el visitante puede contemplar en esta sección, en donde también puede observar creaciones de moda, entre las que destacan los vestidos de Horrockses Fashions de los años 50 del siglo XX. “En el año 1946 la casa Horrockes, Crewdson & Company Ltd, fabricante de artículos de algodón con sede en Lancashire (Reino Unido), fundó una filial de prendas de moda dedicada sobre todo a la producción de vestidos de algodón estampado y contrató como asesor a James Cleveland Belle, director del Centro de Diseño que el Consejo del Algodón tenía en Manchester, quien encargó a Alastair Morton y a Grahan Sutherland diseños textiles para la empresa. Ellos realizaron los diseños textiles y el modisto John Tullis creó los vestidos que llegó a vestir la Princesa Margarita, hermana de la reina”, se lee en el catálogo de la exposición. Estos vestidos se pueden contemplar en la sección “Décadas de 1940 y 1950, Horrockses Fashions: Como para vestir a una reina”.
Industria y arte
Durante la década de los años 50, la relación entre industria y arte se afianzó en el Reino Unido. La industria textil, pionera en este sentido, contrató en este tiempo a Alastair Morton, William Scott, Joe Tilson, Victor Vasarely y Marino Marini, artistas que realizaron diseños textiles para la prestigiosa Edinburg Weavers, mientras que Henrry Moore, Eduardo Paolozzi y John Piper creaban estampados más asequibles para David Whitehead Ltd. Entre unos y otros, es decir a un precio medio, se hallaban los diseños textiles que Paule Vézelay creó para Heal and Son Ltd. “Gran Bretaña, década de 1950: Paleta y telar”, es la sección que reune algunas de las obras de estos creadores mientras que la sección “Gran Bretaña, década de 1950: Pintura en tejidos” trae a la Fundación Barrié parte de las creaciones que formaron, en los años 50, parte de la exposición titulada Painting into Textiles (Pintura en tejidos).
“Los diseños de Hammer Prints: Este es el mañana”, es el título de la siguiente sección. En ella se presta atención al grupo Independent, creado por el escultor Eduardo Paolozzi y el fotógrafo Nigel Henderson quienes, en 1954, junto a sus esposas, la diseñadora textil Freda Paolozzi y la antropóloga y socióloga Judith Stephen, fundaron la cooperativa de artistas Hammer Prints Ltd, con la intención de dar cabida, de forma anónima, a todos los aspectos del interiorismo. “Integrantes de este grupo contemplaban al individuo de la sociedad de consumo en cuanto receptor pasivo de una corriente de mercancías, cuyo suministro se realizaba contra el telón de fondo de unas imágenes mediáticas cada vez más carentes de significado. Como reflejo de ello, Paolozzi y Henderson crearon diseños a partir de un surtido ecléctico de imágenes y material fotográfico derivados de la cultura popular y de fuentes etnográfico-científicas, que combinaron con una mezcla incongruente de objetos encontrados y ephemera. A continuación, los patrones resultantes se serigrafiaron sobre artículos textiles, papel de pared, azulejos y cerámica, en lo que constituyó la creación de algunos de los diseños más radicales e influyentes de Gran Bretaña en esos años. Sus ideas y conceptos se mostraron en la exposición This is Tomorrow (Este es el mañana), que tuvo lugar en la Whitechapel Gallery en el año 1956”, se lee en el catálogo de la exposición.
La exposición nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con lo que consumimos, con lo que usamos. Con lo que, sin apenas darnos cuenta, forma parte de nuestra vida diaria, de nuestra imagen, de nuestros sueños
Pablo Picasso y Dan Fuller, éste propietario de la empresa neoyorquina Fuller Fabrics, formaron parte del proyecto Modern Masters (Maestros Modernos), protagonista de la siguiente sección titulada “Estados Unidos, década de 1950: Maestros Modernos”. Pablo Picasso nunca había accedido a diseñar artículos textiles para una empresa comercial y, tal y como se lee en el catálogo de la exposición, fue su participación lo que garantizó a Fuller la obtención de una respuesta positiva cuando luego quiso contratar a Joan Miró, Fernand Leger, Georges Braque y Marc Chagal, entre otros creadores”. Lo que Fuller quería hacer era producir telas de moda a gran escala y venderlas a un dólar y medio, o a dos dólares, la yarda (unos 91 centímetros): “Literalmente arte por yardas para las masas”, se matiza en el catálogo de la exposición. Parte del resultado de esta colaboración se contempla en la sección mencionada al inicio de este párrafo. En ella el visitante puede contemplar el pañuelo Flores Bonitas, creado por Marc Chagal, el pañuelo Gallo, diseñado por Pablo Picasso, y el llamado Figuras Danzantes de Joan Miró, entre otras obras.
“Estados Unidos, década de 1960: El Picasso oculto”, es la sección en donde el visitante descubre la relación entre el fabricante de artículos textiles Blommcraft Fabrics y el pintor malagueño. Una relación de la que nacieron once telas cuyos diseños, inspirados en el imaginario picassiano, se serigrafiaron en gran variedad de materiales. De este tiempo son también las creaciones de Saul Steinberg, rumano afincado en los Estados Unidos; de Alexander Calder y de John Rombola, quienes en la sección “Estados Unidos, décadas 1950-1960: Ilustración en artículos textiles”, acercan el circo (Alexander Calder) y las vacaciones con sus estereotipos (Saul Steinberg), al diseño textil desde una perspectiva satírica, que en aquellos años contribuyó a definir el concepto “en la onda”.
“Década de 1960: Pioneros del Pop”, es la sección que pone fin a la exposición. En ella, el visitante puede deleitarse con lacontemplación de obras de artista del Pop Art, Andy Warhol, quien impregnó sus diseños para tejidos con imágenes de botones de cuatro agujeros y de helados. Diseños que alegran, hacen sonreír y, como todas las obras de la exposición, invitan a reflexionar sobre nuestra relación con lo que consumimos, con lo que usamos. Con lo que, sin apenas darnos cuenta, forma parte de nuestra vida diaria, de nuestra imagen, de nuestros sueños.