
Sin Maldad / José García Abad
Hombre, Ramón, con el debido respeto y amistad de muchos años, una cosa es evolucionar y otra pasar al salto mortal del comunismo a Vox; de la extrema izquierda a la ultraderecha, sin pasar por estaciones intermedias como el PSOE y la derecha convencional representada por el Partido Popular, aunque si lo hiciste en el Centro Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez.

Me gustaría verte como presidente de Gobierno, pero en más dignas compañías. Te lo mereces a tus 89 años después de toda una vida luchando por alcanzar los más altos niveles de poder político. Reconocerás que entre las virtudes que te adornan no están la modestia ni la falta de ambición
Comprendo que ningún partido te satisficiera plenamente, y el haber pasado por todos ellos te permite obtener una interesante perspectiva crítica sobre las debilidades del sistema, que probablemente quieras aplicar como presidente del Gobierno, si la moción de censura que protagonizarías con Vox sale adelante. Algo que reconocerás conmigo es un tanto improbable.
De lo que no tienes que disculparte es de haber formado parte del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España dirigido por Santiago Carrillo, aunque creo que es verdad lo que ahora dices, que nunca has sido comunista y que si te apuntaste al PCE fue porque era el partido más eficaz en la lucha contra la dictadura, que, por cierto, te encarceló en 1956.
Fue una iniciativa más tuya que fundaras la Federación Progresista, con la cual participaste en la creación de Izquierda Unida, y un compromiso admirable de tantos años de activismo como estudiante y como profesor durante el franquismo. Pero será difícil que puedas librarte, tras tus reconocidos méritos de tus trabajos económicos plasmados en libros clásicos que leo y consulto con asiduidad, de algo que es peor que un error, que es una vergüenza.
En el terreno económico he discrepado contigo en alguna ocasión, salvando las distancias entre un catedrático de primera y un permanente aprendiz como periodista económico; una curiosa discrepancia como la que tuvimos con buen humor. Probablemente recuerdes el rifirrafe que nos enzarzó cuando hace mucho tiempo yo me permití desde el diario ‘Informaciones’ mofarme respetuosamente por el simplismo de una propuesta tuya para hacer una reforma agraria dividiendo el territorio nacional en parcelas para entregarlas a los agricultores sin tierra. Luego, ya más en broma en un crucero por el Mediterráneo donde coincidimos, tu proponías hacer lo mismo con la pesca dividiendo el mar en lo que tu denominaste “marcelas”.
Aparte de las bromas sobre parcelas y marcelas, siempre admiré y admiro tu creatividad, que te distinguía de otros economistas que teorizaban mucho sin llegar a conclusión practicable. Comprendo que con el paso del tiempo tus criterios económicos se hayan escorado, para mi gusto en exceso, hacia la derecha. Pero aún no he salido de mi perplejidad ante tu oferta a Vox para presentarte como cabeza de una moción de censura contra Pedro Sánchez. Un poco de seriedad y de respeto propio a tu muy digna historia, querido y respetado amigo.
Me gustaría verte como presidente de Gobierno pero en más dignas compañías. Te lo mereces a tus 89 años después de toda una vida luchando por alcanzar los más altos niveles de poder político. Reconocerás que entre las virtudes que te adornan no está la modestia ni la falta de ambición. Según me contó Santiago Carrillo, le pediste que si en las primeras elecciones democráticas no salías elegido le exigiera a Marcelino Camacho que renunciara a su escaño para poder ocuparlo tú, y que le pediste la candidatura a la Alcaldía de Madrid en lugar de la de Tierno Galván, del Partido Socialista Popular.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.