
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
Este pasado 28 de mayo las elecciones municipales y autonómicas han tenido el valor añadido, debido a la victoria del Partido Popular sobre el PSOE en número de votos y, sobre todo, a los no pocos gobiernos autonómicos y locales que han de conformarse mediante pactos, de aclararnos algunas cosas. La principal, que el ‘nuevo’ PP de Alberto Núñez Feijóo está dispuesto y disponible a pactar con la ultraderecha española sin que le tiemble la mano, dando carta de naturaleza, y de gobierno, a una fuerza política que abomina del estado de las autonomías, niega la violencia de género o el cambio climático y es impúdicamente xenófobo y homófobo. ¿Constitución, derechos…? Pecata minuta en tiempos del avance de los ultras en toda Europa.
Este Feijóo, que pretende venderse como un líder ‘moderado y centrista’, se ha visto sobrepasado por el reloj que Santiago Abascal ha puesto en marcha y Carlos Mazón, el candidato del PP a la Comunidad Valenciana y virtual sucesor de Ximo Puig, no ha querido que avanzase hasta el punto de dejarle sin opciones de gobierno. Dicho y hecho, PP y Vox valencianos han pactado un Ejecutivo con Mazón de presidente y con los de Abascal presidiendo las Corts, además de ostentar la vicepresidencia del futuro Govern y tres importantes consejerías. Ya no se trata solo de Castilla y León, donde lleva décadas gobernando la derecha, sino de la principal ‘reconquista’ del 28-M, la Comunidad Valenciana, donde el giro político que anuncia el pacto de las derechas pretende un auténtico cambio de paradigma para el futuro de la autonomía, la cuarta de España por PIB..

Carlos Mazón ha levantando las cartas que Alberto Nuñez Feijóo prefería mantener boca abajo: gobernará la Comunidad Valenciana en coalición con Vox. Igual que pasó en Castilla y León y pasará en el gobierno de España si fuera necesario.
Hasta ahora, Génova fantaseaba con que los necesarios pactos para cobrarse los gobiernos conseguidos en las últimas elecciones pudieran retrasarse hasta después de la próxima cita en las urnas del 23 de julio, pero, afortunadamente para todos los electores, el socio convidado ha exigido ya su pago. Las cartas boca arriba.
El Gobierno de coalición de Pedro Sánchez arrastra pesadamente el precio político de sostenerse en base a los pactos con Podemos y con la izquierda independentista de ERC y Bildu. Gracias a esa mayoría progresista se construyó un espacio político de interés común que superó el coyuntural lazo del ‘bloque de la investidura’ para convertirse en la clave de estabilidad de la legislatura. Tanto Sánchez como sus socios y aliados se presentan al próximo 23-J a pecho descubierto, mostrando los logros de tan criticadas alianzas con nombre de Salario Mínimo Interprofesional, reforma laboral, blindaje de las pensiones, ‘excepción ibérica’ para el precio de la electricidad, subvenciones al transporte público y otros mimbres del escudo social con el que se afrontó la pandemia y ahora se hace frente a la crisis de inflación y suministros que nos trajo la invasión de Ucrania. A sus espaldas también llevan las obscenas acusaciones de divisores de España o filoterroristas.
Sánchez no tienen donde esconderse. Ya lo ha confirmado el 28-M, cuando la polémica por las listas de Bildu dio el oportuno vuelco a la campaña. Feijóo, entre tanto, pretende jugar al despiste, a que nada se mueva a su alrededor, como si pudiera quedarse en una foto fija para los españoles el día que aterrizó en Madrid, con el aura gallega de sus mayorías absolutas, reclamado por sus malheridos compañeros de partido para salvar al PP del derrumbe como el esperado líder redentor..
Valencia, sin embargo, ha puesto abruptamente las jugadas al descubierto. En el pacto suscrito por Mazón con Vox se habla de ‘violencia intrafamiliar’, en lugar de ‘violencia ‘de género’, de ‘sacar la ideología’ de las escuelas públicas. de crear una oficina específica para combatir la okupación de viviendas o de una reducción de impuestos, que suprime el de Patrimonio y reduce al máximo el IRPF. Aún no están todas las cartas a la vista. Habrá que estar atentos al goteo de gobiernos municipales y autonómicos que alumbrará la nueva pareja política del momento, PP y Vox, y de sus programas de gobierno. Esperemos que se conozcan en toda su amplitud antes del 23 de julio para poder decidir con auténtico criterio.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid