No es fácil votar bien. Las trampas del populismo y del marxismo acechan por doquier y sin darte cuenta caes en ellas. Es lo que les ha pasado a los colombianos, que han elegido a su primer presidente de izquierdas en los más de 200 años de historia del país. Y, claro, a Mario Vargas Llosa no le ha gustado nada. El Premio Nobel ya les ha dejado claro a los colombianos que “han votado mal” y que confía en que la victoria de Gustavo Petro sea “un accidente enmendable y corregible”. La historia de América Latina está plagada de ‘correcciones’ de este tipo, que los populistas conocen como “dictaduras militares”. A los españoles también hubo que corregirlos en 1936.
La buena noticia para los enemigos del orden es que todos los candidatos a los que ha venido apoyando Vargas Llosa han salido derrotados. De México a Chile, de Colombia a Perú, las derechas neoliberales latinoamericanas se la han pegado en los últimos años para disgusto del escritor. Aquí, en España, Vargas Llosa era muy fan de Albert Rivera, primero, y de Pablo Casado después. Ya sabemos como han acabado ambos. Y, últimamente, se ha dejado ver en compañía de Isabel Díaz Ayuso. A la vista de que su estrella queda eclipsada con el resultado de las elecciones andaluzas, tiene toda la pinta de que el gafe empieza a afectar también a la presidenta madrileña.