Javier Quintana.
Vox registró este lunes en el Congreso de los Diputados su segunda moción de censura contra Pedro Sánchez con Ramón Tamames como candidato. La iniciativa fue en primera instancia tildada de “ridícula” por algunos partidos y parte de los socios de gobierno e, incluso, el PP anunció que su líder, Alberto Núñez Feijóo no asistirá a la jornada de debate. Si bien parecía que la moción de la formación de Abascal parecía condenada al ostracismo, el paso de los días ha hecho recapacitar a todo el espectro político, que parece haber reconocido la relevancia para el electorado del movimiento de la ultraderecha. La equidistancia del PP al respecto es atacada por el equipo de Abascal, que busca retomar el vuelo en las encuestas, y por un PSOE que ha recibido la moción de censura como `agua de mayo´ tras unas semanas convulsas.
El mismo día que el Rey apareció en los televisores de todos los españoles a consecuencia de los hechos acaecidos en Cataluña el 1 de octubre de 2017, Ramón Tamames sugirió a Mariano Rajoy y Artur Mas el reconocimiento de la “nación catalana” a través de una carta. “La posibilidad que planteo, de poder realizarse -y ya sé que es muy difícil-, sería saludada por todos como la Gran Ocasión. Y sin prejuicios ni falsas premisas, no sería tan difícil reconsiderar el nuevo estatus de Cataluña, e incluso el nuevo nombre de la Comunidad como Nación Catalana”. La misma persona que hace poco más de cinco años firmaba estas palabras cerró hace unos días un acuerdo con la ultraderecha para presentar su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Se trata de la misma persona que apostó en su día por medidas tan discordantes con el centralismo que pregona Vox como son el traslado del Senado a Barcelona o la creación de una Agencia Tributaria Federal. Estamos hablando también de aquel joven que en 1956 ingresó en el PCE, formación política en la que iría escalando hasta llegar a su cúpula en los años 70. Durante estos años de juventud también llegaría incluso a pisar el calabozo por pedir la vuelta de los exiliados republicanos. Años después irrumpió en el Ayuntamiento de Madrid de la mano de Enrique Tierno Galván. Izquierda Unida y el CDS de Adolfo Suárez fueron los últimos bandazos políticos de un Tamames que a sus ochenta años expresó su deseo de tirarse en paracaídas.
Vox va a utilizar la moción como una oportunidad para dar a conocer «su idea de España»
Teniendo en cuenta la trayectoria del candidato en cuestión, podría parecer prácticamente una chanza la moción de censura que Tamames protagonizará en unos días a petición de Vox. El propio candidato ha reconocido en las últimas semanas no congeniar del todo con el partido, pero considera que es una buena oportunidad para dar a conocer “su idea de España”. El economista subirá al atril de las Cortes después de la intervención de Santiago Abascal, y pronunciará un discurso cuya elaboración ha sido ejercida con “total libertad” y que será “independiente” de la formación que representa. Las reacciones políticas durante las horas posteriores al anuncio se refirieron casi más al candidato que a la moción en sí misma.
Todos los actores políticos concuerdan en el fracaso que supondrá la moción en cuanto al derrocamiento de Sánchez se refiere. La formación de Abascal no ha encontrado apoyo alguno a su propuesta, ni siquiera de un PP que en un principio hasta se desmarcó de la sesión de debate, dejando en el aire la asistencia de Núñez Feijóo a la misma.Por tanto, las posibilidades de que la moción prospere se antojan cuanto menos remotas. No obstante todos los partidos son conscientes de las repercusiones políticas que puede acarrear el movimiento estratégico de la ultraderecha.
La Mesa del Congreso analizará la moción, probablemente, el día 7, por lo que el debate de la misma tendría lugar como muy pronto el día 13 de este mes.
Vox, solo ante “el peor Gobierno de la historia”
“Nosotros no vamos a fingir normalidad democrática ante el peor Gobierno de la historia”. Así ha justificado Santiago Abascal la moción de censura que su partido registró en el Congreso este pasado lunes. En cuanto a Tamames, el líder de la ultraderecha ha indicado que representa “la concordia y unión entre españoles”. Respecto a las discrepancias entre el candidato y el partido en algunos apartados ideológicos, Abascal ha sentenciado la polémica señalando que si su grupo quisiera que “los postulados coincidieran plenamente”, él mismo habría defendido la moción.
El vaivén de candidatos las últimas semanas ha sido incesante. El escritor Fernando Sánchez Dragó, cercano al partido, ha llegado a afirmar que figuras como la de Alfonso Guerra o, incluso, la de Felipe González fueron tanteadas por la ultraderecha. La elección final de Tamames parece un último recurso que Vox no ha dudado en emplear. Para el partido esta moción, pese a estar condenada al fracaso en su votación, parece tener en el PP su objetivo más claro: el partido de Abascal se erige con esta iniciativa como la única fuerza de la oposición capaz de `plantar cara´ al Gobierno. El movimiento podría tener efecto en el electorado popular más descontento con Alberto Núñez Feijóo. Un `adelantamiento por la derecha´ en toda regla. En este caso, y pese a que todo el contenido político de la moción gira en torno al mandato del Gobierno de coalición, los grandes perjudicados de todo este proceso podrían ser los populares. Abascal indicó la semana pasada que “depende del PP” que la moción sea “más contundente”.

Los populares han mantenido una postura equidistante respecto a la moción los últimos días. El partido ya ha anunciado su abstención. El voto popular variará así respecto a la última moción de censura registrada por Vox. En aquel momento un PP liderado por Pablo Casado votó no a la propuesta de la ultraderecha.
Borja Sémper, portavoz de la formación, arremetió el lunes contra la iniciativa, acusando a los de Abascal de servir de “flotador mediático” al Ejecutivo. En esta misma comparecencia indicó rotundamente que Feijóo no asistiría al debate de la moción. Sin embargo, no es para nada descartable que finalmente el gallego acuda al Congreso en calidad de senador. El PP parece consciente de la trascendencia que puede tener en el electorado su actitud ante la propuesta de la ultraderecha. La abstención ya es un síntoma de esta preocupación, y la posible presencia de Feijóo en el Congreso no haría más que confirmar la inquietud del PP.
No obstante, algunas voces populares han sido muy duras con la ultraderecha. Isabel Díaz Ayuso ha reprochado a Santiago Abascal “desviar la atención” de otros asuntos importantes de la actualidad política. Para la presidenta madrileña la moción no es más que “un señuelo contra el PP”. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, también ha criticado la iniciativa de Vox. Para él la cita en el Congreso no será más que “el primer acto de campaña” de Pedro Sánchez de cara a las elecciones generales de fin de año.
El PSOE busca sacar rédito
Los socialistas son otros de los interesados en estrechar el cerco en torno al PP. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dejó claro en una entrevista a Telecinco hacia dónde pretende dirigir sus ataques en la sesión plenaria que dirimirá el futuro de la moción de censura. “El PP con Feijóo se está acercando a Vox, con Casado vimos un no a la moción de censura de Vox y con Feijoo vemos una abstención, no se atreve a rechazarla (…) Máximo respeto a Ramón Tamames, pero lo importante es el cambio del PP del no a la abstención”, apuntó el presidente en dicha entrevista.

Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, también ha insistido en esta abstención del PP. “El Partido Popular, si se quiere desmarcar, tiene que votar negativamente”. La titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se ha pronunciado en la misma línea preguntándose irónicamente si la moción de Vox representará a “la gente bien” (haciendo referencia a las desafortunadas declaraciones de Feijóo la semana pasada en el Senado). No obstante, la ministra ha remarcado la importancia de tratar con seriedad la iniciativa. En este sentido es remarcable que el grueso del partido socialista ha rogado desde un principio al resto de formaciones políticas “respetar” la moción de Tamames.
Todo parece indicar que el PSOE pondrá el foco en los populares y tratará de explotar al máximo esta equidistancia con la que el partido de Feijóo afronta la moción. Los socialistas parecen haber recibido como `agua de mayo´ la iniciativa, que supone para sus filas un respiro ante la persistente polémica de la ley del `sólo sí es sí´, el `Caso Mediador´ o el nuevo choque entre los socios de gobierno por el envío de armas a Ucrania. El registro de la moción y la desafortunada intervención de Feijóo en su último cara a cara con Sánchez dan alas a un Gobierno que se encontraba en uno de sus momentos más delicados de la legislatura.
Así pues, el PP tendrá que combatir en dos frentes durante el debate: por un lado a la ultraderecha y, por otro, a los socialistas.
Los socios de Gobierno la califican de “esperpento”
El principal socio de los socialistas en el Ejecutivo, Unidas Podemos, ha calificado la moción de censura de “esperpento”. Así se ha referido a ella la portavoz de la formación, Alejandra Jacinto. “Demuestra que la derecha se ha quedado sin ideas y ha llegado el momento de hacer el ridículo”, añadió la portavoz en su comparecencia. Asimismo Jacinto, al contrario que sus socios socialistas, ha restado importancia a la moción y ha insistido en que “no debería hacer perder demasiado tiempo”.
«No debería hacer perder demasiado tiempo», según los aliados parlamentarios del Gobierno
Por su parte ERC ha propuesto al resto de formaciones de izquierdas no participar en la moción de censura. “Mi experiencia es que frente a la ultraderecha solamente hay dos caminos para hacerle realmente daño. La primera reírse, bastante sencillo. Y la segunda, no participar en sus mandangas”, apuntó Gabriel Rufián esta semana en el Congreso. No obstante, a día de hoy parece improbable que este `boicot´ generalizado se lleve a cabo. Pese a que el PSOE fue el único partido que desde un principio aseguró su presencia, parece que finalmente todas las fuerzas políticas replicarán a Tamames. El propio Rufián era pesimista este martes respecto a que el resto de formaciones secunden su propuesta. Lo normal es que todos los partidos participen en la sesión, aunque no sería de extrañar que más de un portavoz redujera su intervención a un `discurso mínimo´ al estilo Aitor Esteban, portavoz del PNV, durante la última moción de censura. El bilbaíno empleó únicamente minuto y medio de su tiempo aquel día para replicar a Santiago Abascal.
En cualquier caso parece que la cita en el Congreso traerá dolores de cabeza a Génova y supondrá una oportunidad para la ultraderecha y los socialistas de remontar el vuelo. Los populares corren el riesgo de salir muy perjudicados de cara a las inminentes elecciones autonómicas y municipales.