
El Acento/ Inmaculada Sánchez
En los cuatro años que Donald Trump ha ocupado la Casa Blanca su influjo ha dado alimento a toda una generación de partidos de extrema derecha en Europa. Su apoyo al Brexit, al cierre de fronteras, a la expulsión de inmigrantes y hasta a los negacionistas de la pandemia ha sido jaleado y reinterpretado por no pocos dirigentes ultras de nuestra querida Unión. En España, su entregado alumno ha sido y es Vox.

Trump ha sido musa y aliento de la ultraderecha. Si pierde la Casa Blanca, Vox perdería un referente pero no el papel de ‘víctima’ del sistema
En la moción de censura al Gobierno defendida en el Congreso por su líder, Santiago Abascal presentó un auténtico vademecum de trumpismo a la española. Antieuropeísmo recalcitrante, criminalización del inmigrante, rechazo a las restricciones para combatir el coronavirus y canto al patriotismo más rancio y excluyente.
Con ese discurso ya consiguió ser el tercer partido más votado en España en las últimas elecciones y sumar 52 diputados. No nos confundamos como, año tras año, nos confundimos con Trump. Las encuestas apuntaban a una clara victoria de Biden y todavía está por ver su llegada a la Casa Blanca que, de darse, será por escaso margen. Trump ha reaccionado denunciando fraude y erigiéndose en víctima del sistema.
Esos mismos ecos se escuchan en Vox cuando habla de ilegitimidad de este Gobierno o sus socios. Trump dejará de ser presidente pero el trumpismo aún no ha muerto.
Periodista y directora de El Siglo desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas Cambio 16 y El Nuevo Lunes y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid.