La traumática salida de José Luis Ábalos ha abierto la puerta a la renovación del PSOE planeada por Pedro Sánchez, con una ejecutiva con menos miembros y con una nueva generación de líderes. Por el momento, Adriana Lastra y Santos Cerdán asumen el timón del partido de cara al congreso federal que se celebrará en octubre, que supondrá la firma del armisticio con las facciones en las que se dividió el partido en 2017. Para los díscolos, Emiliano García-Page y Javier Lambán, Sánchez les envía el mensaje de que tiene abierta la sucesión en Isabel Rodríguez y Pilar Alegría.
Las fuentes consultadas por El Siglo coinciden en señalar que Sánchez decide pisar el acelerador de la remodelación del Gobierno hace pocos días. El trasfondo estaba decidido desde los nefastos resultados de las elecciones madrileñas del 4-M y, según había transmitido a la vicepresidenta Yolanda Díaz, su intención era efectuarla en septiembre. Sin embargo, antes de su viaje a los países bálticos, el presidente recibe varios informes con datos preocupantes acerca de la desconexión que está sufriendo el Gobierno con dos sectores sociales: las mujeres y los jóvenes. Unos informes que también recogen cómo se percibe al Ejecutivo desconectado de los problemas reales de la gente. Partiendo de estas dos premisas arranca la reforma del consejo de ministros, con gente más joven, con mayoría femenina y con varias personas procedentes de la política municipal. Una línea similar a la que se prevé que tome en el partido, todavía conmocionado por cómo se ha producido la salida de José Luis Ábalos.

Según algunas versiones, el relevo de Ábalos ha sido un tanto improvisado. El presidente tenía en mente cambiarlo de ministerio, pero no sacarlo del Gobierno. Según estas interpretaciones, Ábalos midió mal sus fuerzas y rechazó el relevo que le ofrecía el presidente. “En mi ministerio o fuera del Gobierno”, vino a decirle Ábalos a Sánchez, y el presidente cortó por lo sano. A partir de aquí, se desencadena un terremoto que trastoca toda la cúpula del partido, pero que, a cambio, a Sánchez puede reportarle beneficios orgánicos, concretamente con el presidente valenciano, Ximo Puig. Ábalos ha sido su gran rival y su salida fortalece la alianza con el presidente de la Generalitat valenciana, que gana además una ministra con Diana Morant.
Tras salir del ministerio, Ábalos tarda unas horas más en renunciar a la secretaría de Organización. Lo hace por carta, subrayando que es una decisión “madurada y necesaria desde el punto de vista personal y familiar” y que deja la dirección de “un partido cohesionado en torno al liderazgo del secretario general y presidente del Gobierno”. Esta vez sí mencionaba a Sánchez, cosa que no hizo en su despedida del Ministerio de Transporte, en la que, por cierto, no estuvo nadie del partido ni del Gobierno. Sólo estuvo Salvador Illa, acompañando a su sucesora, y Pepe Blanco, predecesor en el ministerio y en la secretaría de Organización.
El fin del ‘Espíritu de Xirivella’
No hay que olvidar que Ábalos forma parte el del reducido grupo de dirigentes que rodea a Sánchez en su peor momento, a finales de 2016, y le convence de que intente regresar a la secretaría general del partido. En el PSOE todavía se recuerda el ‘Espíritu de Xirivella’. En esa localidad valenciana tuvo lugar el primer acto público, en noviembre de 2016, del ahora presidente tras su dimisión forzada. Un éxito absoluto, organizado por Ábalos, en calidad de responsable del partido en la provincia, que reunió a más de 1.000 personas para aclamarlo. Una inyección de moral sobre la que Sánchez se aupó para ganar las primarias contra todo pronóstico.
El acto de Xirivella tuvo su continuación pocas semanas después en la localidad asturiana de El Entrego, con otro acto multitudinario donde fue Adriana Lastra la que ejerció de anfitriona, junto a la exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo. El acto era poco menos que poner una pica en Flandes, en ‘territorio enemigo’, porque la federación asturiana, con Javier Fernández al frente, estaba volcada con la candidatura de Susana Díaz.
Lastra pilotará el 40 Congreso
De los dos máximos escuderos de Sánchez, Ábalos ya no está. Queda Lastra, que es quien asume el papel de coordinadora general del 40 Congreso, que le correspondía a Ábalos. Poquísimas personas en el PSOE más leales a Sánchez que Lastra, una personalidad política forjada en la cantera del partido y protagonista de una trayectoria vertiginosa, desde que se afilió a Juventudes Socialistas de Ribadesella con 18 años. Entró en la Ejecutiva asturiana del PSOE con 21 años y poco a poco fue ganando responsabilidades, primero como responsable de Movimientos Sociales y ONG y luego como secretaria de Política Municipal. En 2007, con 28 años, obtuvo escaño en el parlamento asturiano y en 2015 en el Congreso.
De los dos máximos escuderos de Sánchez, Ábalos ya no está. Queda Lastra, que asume el papel de coordinadora general del 40 Congreso que le correspondía a Ábalos
Con las primarias de 2014, empieza a abrirse la brecha con su mentor, Javier Fernández. El que fuera presidente asturiano se decantó por el ‘delfín’ de Alfredo Pérez Rubalcaba, Eduardo Madina, y Lastra lo hizo por el entonces desconocido diputado Pedro Sánchez, apoyado por Susana Díaz y la mayor parte del aparato del partido. La historia es conocida. Ganó Sánchez y Lastra pasó a formar parte de su Ejecutiva. El verdadero divorcio llegó después, cuando los barones se rebelaron frente a un Sánchez que se negaba a permitir la investidura de Mariano Rajoy. Lastra, se abstuvo en la investidura de Rajoy, pero asegurando, eso sí, que lo hacía “por imperativo”. Tampoco apoyó la ejecutiva presidida por su mentor. La vicesecretaria general, como Ábalos, estuvo entre el reducido grupo de líderes socialistas que convenció a Sánchez de que no se rindiera.
Ahora, Lastra queda a la cabeza de la nómina de personas que va a pilotar el desarrollo del congreso federal de octubre, un grupo de líderes que da algunas pistas sobre las figuras clave en la nueva etapa del partido.
La nueva plana mayor

El navarro Santos Cerdán será el coordinador adjunto del Congreso, que ya ejerce oficialmente en el organigrama del partido como secretario de Organización. Y eso que la fracasada operación murciana no contribuye, precisamente, a reforzar su posición.
A mediados de marzo, Cerdán concedía una entrevista al diario Noticias de Navarra en la que explicaba que las mociones de censura en Murcia, en el gobierno autonómico y en el ayuntamiento de la capital, “lo manejamos desde el Área de Organización, tanto José Luis Ábalos como yo, y estamos en contacto continuo también con el secretario general de la Moncloa que es Félix Bolaños, y con el presidente”. Cerdán da más detalles: “Ellos [Ciudadanos] son los que plantean a nuestros compañeros de Murcia presentar una moción. Nosotros lo que les pedimos era el compromiso de todos y cada uno de ellos para poder tirar adelante con la moción y por escrito”. Y ante la pregunta de si Iván Redondo había tenido algo que ver, subraya que: “No. Y no se estaba jugando a partidas de ajedrez por muchos relatos que algunos quieran ir comprando”.
Del comité organizador del congreso federal también forma parte un Paco Salazar que ha venido ejerciendo como número dos de Iván Redondo en Moncloa y que, sin él, está por ver qué responsabilidades recibe. Él ha sido el encargado de ir abriéndole puertas a Redondo en el PSOE, poniéndole en contacto con unos y otros y allanando el terreno para un desembarco que, en un primer momento, no se recibió de buen grado. Tan buena ha sido la química entre los dos que Salazar ha ido ascendido en el organigrama de Moncloa. Tras la moción de censura ingresó en el equipo monclovita como responsable de Análisis y Estudios y hasta ahora ejercía como director adjunto del gabinete del presidente.
Salazar también estuvo en el núcleo duro que impulsó a Sánchez en su regreso a la secretaría general del partido, junto a Ábalos, Lastra o Cerdán. Él fue el principal organizador de los islotes sanchistas en el mar susanista que era el PSOE andaluz y fue una de las personas que más ayudó a poner en marcha la campaña de las primarias en esa comunidad, en colaboración con Cerdán. Tras la victoria de Sánchez en las primarias fue nombrado secretario ejecutivo de Acción Electoral, que todavía mantiene.
Dos ministros ponentes
El reparto de las 12 ponencias temáticas que servirán de base a la estrategia futura del PSOE y que se presentarán en el congreso federal también daba alguna pista del peso que va a tener Félix Bolaños a partir de ahora. El nuevo ministro de Presidencia se ocupa de una ponencia clave, la del rumbo político socialista, que lleva por título ‘PSOE 2030, un partido de futuro’. Bolaños es un firme candidato a formar a formar parte del proceso de renovación de la ejecutiva que tiene en mente Sánchez, como lo es también una Hana Jalloul que se ocupa de la ponencia marco del congreso. Más de uno se sorprendió en el partido cuando la exsecretaria de Estado de Migraciones ocupó el número dos de la lista electoral en Madrid, tras Ángel Gabilondo. La nueva portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid cuenta con importantes apoyos en la nueva Moncloa y es una figura a seguir en los próximos años.
Félix Bolaños es un firme candidato a formar a formar parte del proceso de renovación de la ejecutiva que tiene en mente Sánchez, como lo es también una Hana Jalloul que se ocupa de la ponencia marco del congreso
Bolaños es de los pocos socialistas que acompañan a Sánchez desde su primera etapa al frente de la secretaría general del PSOE. Antes del infausto Comité Federal de octubre de 2016, Bolaños estaba al frente de la Comisión Federal de Ética y Garantías y participó activamente en el segundo asalto sanchista al liderazgo del partido. Ya en 2017, coordinó la elaboración del nuevo Reglamento Federal de Desarrollo de los Estatutos del PSOE, y, justo antes de su desembarco en Moncloa, fue secretario de la Fundación Pablo Iglesias.
Lo que aseguran fuentes del PSOE es que, a la espera de saber si se confirma su probable entrada en la Ejecutiva, Bolaños será una persona clave en el futuro del PSOE madrileño. De momento, como número dos de la gestora del partido en Madrid se encuentra una persona de la máxima confianza de Bolaños: su director de gabinete técnico, Fran Martín. Un puesto clave en el grupo de personas que debe pilotar la nave socialista hasta el congreso de otoño.
El otro ministro a cargo de una ponencia muy relevante en el congreso federal es el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que redactará la que lleva por título ‘España en Europa y en el mundo’. Militante del PSOE madrileño –nació en el distrito de Usera- y hombre clave en negociaciones discretas y en gestión de asuntos delicados, este diplomático de carrera de 48 años, ejerció de ‘sherpa’ de Sánchez en todas las cumbres internacionales durante la anterior legislatura, desde su puesto monclovita de secretario general de Asuntos Internacionales. Para sorpresa de muchos, en 2019 se cayó del organigrama de Moncloa. Propuesto como Embajador de España en Francia, algunas informaciones apuntaron, como motivo de su salida, a un desencuentro con Iván Redondo.
Aviso a los díscolos

Entre las coordinadoras de las ponencias también figura Pilar Alegría, la nueva ministra de Educación, que se encarga del documento para esa área y las de Universidades, Ciencia y Cultura. Con su incorporación al Gobierno, y con la de Isabel Rodríguez, Sánchez trata de firmar un armisticio con las facciones en las que había quedado fracturado el partido tras las primarias de 2017. Y de paso manda un mensaje a los díscolos, con Emiliano García-Page y Javier Lambán: tengo vuestros relevos preparados.
Derrotado el susanismo en Andalucía, Sánchez integra en el Ejecutivo a una Pilar Alegría que fue portavoz de la candidatura de Díaz en las primarias. Es un caso parecido al de Isabel Rodríguez, que tras apoyar a Díaz en las primarias salió de la dirección del grupo socialista en el Congreso. Su elección como ministra de Política Territorial recorta también el margen de acción de García-Page, en su papel de líder de los críticos con Sánchez y de opositor a cualquier gesto de acercamiento con la Generalitat. El hecho de la exalcaldesa de la ciudad manchega de Puertollano sea una figura clave en la negociación con la Generalitat hace más difícil el argumento de las concesiones a Cataluña, cosa que sí podría suceder más fácilmente con Miquel Iceta en el cargo. Y con ella como portavoz, se limitan las posibilidades de que las negociaciones con Cataluña sean el eje central de todas y cada unas de las comparecencias tras los consejos de ministras.
La otra candidatura que le disputó a Sánchez la secretaría general en 2017, la de Patxi López, tiene su integración con la ‘repesca’ de Óscar López como nuevo jefe de gabinete. Óscar López formó parte de la desbandada de colaboradores que sufrió Sánchez tras su dimisión forzada. Pasó de ser portavoz en el Senado y amigo íntimo de Sánchez a ser uno de los máximos apoyos que tuvo el exlehendakari en la carrera por la secretaría general. Tras unos años de purgatorio en la presidencia de Paradores, Sánchez lo repesca porque pocas personas en el PSOE tiene la experiencia política y el conocimiento del partido que tiene Óscar López, secretario de Organización en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba. Habrá que ver si termina formando parte de la ejecutiva, pero, aunque sólo sea desde Moncloa, su influencia en el devenir del partido va a ser clave.