Javier Quintana.
La comparecencia de Sánchez el pasado lunes desde la Moncloa eclipsó la fiesta `popular´ por los contundentes resultados del 28-M. El adelanto electoral anunciado por el presidente sitúa una nueva campaña a la vuelta de la esquina, y pone contra las cuerdas a Yolanda Díaz e Ione Belarra. Sumar y Podemos, tras meses de tensión, tienen tan sólo hasta el próximo viernes para sellar un acuerdo que certifique la integración de Podemos en las listas de la coalición de izquierdas. La aplastante victoria popular en las elecciones autonómicas y municipales, sumada al descalabro de Podemos en las mismas, hace aún más primordial cerrar el pacto.
Se acabó el tiempo para Podemos y Sumar. El momento de los `recados´, las presiones y los reproches debería dar paso estos próximos días a un ambiente de concordia, consenso e ilusión en el espectro político a la izquierda del PSOE. La cita con las urnas del pasado día 28 de mayo fue un adelanto de lo que espera a los morados en las generales en caso de no confluir con el proyecto político liderado por Yolanda Díaz. Su total desaparición de las principales asambleas autonómicas y ayuntamientos auguran un futuro negro a la formación si no llegan a ese tan esperado acuerdo con la vicepresidenta segunda. Los resultados de estos comicios no han podido ser más desastrosos tanto para los morados, como para el resto de fuerzas afines a Díaz.
Podemos sale de Madrid y Valencia
Los morados miraban con esperanza a ese umbral mínimo del 5% de votos que pudiera darles entrada en las instituciones. Sin embargo, los resultados dejan claro que se trataba de unas pretensiones demasiado optimistas para Podemos en muchos territorios. Así ha sido, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid. La victoria holgada de Isabel Díaz Ayuso era previsible, pero faltaba por ver si los de Alejandra Jacinto serían capaces de tener representación en la Asamblea. No fue así finalmente, al igual que pasó en el ayuntamiento de la capital. La candidatura de Roberto Sotomayor tampoco tuvo el éxito esperado y se quedó fuera del Palacio de Cibeles.

Otro de los objetivos de los morados en esta cita con las urnas era el de cooperar a la prolongación del gobierno autonómico de Ximo Puig una legislatura más. El Pacto del Botánico, constituido por PSOE, Compromís y Podem, se antojaba crucial durante la campaña. Tan importante se estimaba la entrada de los morados en las Cortes Valencianas que Yolanda Díaz llegó incluso a pedir el voto para Héctor Illueca. No pudo ser tampoco para Podemos en esta autonomía, que ha perdido sus ocho diputados en el Palacio de Benicarló al no lograr rebasar el 3,6% de los votos. Su desaparición en el panorama valenciano facilita la cesión del gobierno al popular Carlos Mazón, pese a que Puig mejoró sus resultados de 2019.
Igual suerte corrió la candidatura morada en la ciudad del Turia, donde la lista encabezada por Pilar Lima quedó fuera del Ayuntamiento. Allí el hasta ahora alcalde Joan Ribó, de Compromís, cederá también el bastón de mando al PP.
Canarias ha sido otro fracaso sonado. En las islas Podemos, que gobernaba hasta ahora junto a los socialistas, se ha quedado sin representación.
En Aragón la debacle, pese a no ser rotunda, es considerable. De los cuatro diputados autonómicos que tenían los morados, mantienen sólo uno. Entretanto su representación en las Baleares se reduce de seis a dos diputados, facilitando así un gobierno popular en las islas. En Galicia, a excepción de Santiago, los morados han quedado fuera de las grandes ciudades.
En definitiva, un auténtico desastre que relega a Podemos a un segundo plano en la política autonómica y municipal, tras años ostentando un papel importante en la formación de gobiernos. El balance total de las elecciones autonómicas se salda con catorce diputados morados, una cifra escalofriante que ha encendido las alarmas en el partido fundado por Pablo Iglesias de cara a los comicios generales. “Ahora toca ponerse a trabajar porque aunque a veces retrocedamos, esta fuerza política va a estar siempre al servicio de la gente”, expresó la secretaria general de la formación, Ione Belarra, nada más conocerse los resultados. El portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, fue aún más claro al respecto, describiéndolos como “malos, sin paliativos” y como “una tragedia” para el sector progresista.
Los `aliados´ de Díaz tampoco salen bien parados
Barcelona fue una de las ciudades que acaparó todos los focos el día 28. Xavier Trias, Jaume Collboni y Ada Colau encabezaban unos sondeos que presagiaban un triunfo ajustado de cualquiera de los tres. Finalmente fue el candidato de Junta quien se alzó con la victoria con el 22,42% de los votos, seguido de cerca por el PSC en segundo lugar y por En Comú Podem en el tercer puesto. Ada Colau deja de ser así la fuerza más votada en la Ciudad Condal, aunque es optimista respecto a un posible acuerdo entre PSC, los comunes y ERC que forme un gobierno progresista. En cualquier caso, los resultados no son todo lo positivos que Díaz habría deseado teniendo en cuenta que Colau ha sido, desde que el proyecto de Sumar echó a andar, su mayor apoyo. De hecho, Díaz se volcó con la campaña de la alcaldesa.
La hasta ahora edil de Barcelona ya ha dejado clara, por otro lado, su negativa a integrarse en las listas de Sumar para las generales.
A Más Madrid, otro de sus principales socios, tampoco le ha ido del todo bien en la capital. Si bien Mónica García ha logrado incrementar la representación de la formación en la Asamblea en tres escaños, la formación liderada a nivel nacional por Íñigo Errejón ha perdido hasta siete concejales en el Ayuntamiento.
Más sonada aún ha sido la caída de Compromís en Valencia. La formación encabezada por Joan Baldoví pierde dos diputados en la comunidad que, sumados a la desaparición de Podemos, hace imposible revalidar el gobierno autonómico. El candidato a la alcaldía, Joan Ribó, también ha cedido un concejal y cederá el bastón de mando a un gobierno de PP y Vox.
En Canarias, la coalición Drago Verdes liderada por Alberto Rodríguez también se ha quedado sin representación parlamentaria. La Chunta, por su parte, queda fuera del gobierno de Aragón.
Un acuerdo… ¿inevitable?
Las consecuencias del 28M para la izquierda evidencian la necesidad, tanto para Podemos como para Sumar, de un pacto de coalición de cara a las generales. Para los morados ir por separado supondría un auténtico descalabro para su representación en el Congreso. El último barómetro del CIS augura a la formación en torno al 6% de los votos, la mitad que a la plataforma de Díaz. Según el sondeo, realizado antes de conocerse los resultados de los comicios autonómicos, Podemos perdería la mitad de los votos obtenidos en las generales de 2019. Es decir, podría quedarse entre los tres y los cinco diputados, por los 35 que ostenta a día de hoy.
Según los últimos datos, la diferencia entre una coalición o que Sumar y morados se presenten por separado podría ser de hasta diecisiete diputados
Según la última encuesta de 40dB publicada hace un mes, que era bastante más benévola con los morados de lo que el CIS marca en su último sondeo, de la confluencia entre Sumar y Podemos podrían depender hasta diecisiete diputados. Según este barómetro una coalición podría llegar a aglutinar hasta 55 diputados, mientras que la suma de las dos formaciones si se presentaran por separado sería de 38. Teniendo en cuenta la debacle de Podemos en este primer asalto electoral, la brecha podría ser aún mayor a día de hoy.
Las negociaciones ya han comenzado. Tras conocer el adelanto electoral la vicepresidenta fue clara, indicando que aceptaba “el reto”. Sumar negocia en estos momentos con en torno a quince formaciones políticas, con Podemos como eje central. Ha querido lanzar, asimismo, un mensaje de “esperanza” al electorado progresista “desanimado” con el devenir del 28M. Su formación ya ha sido registrada como partido político (`Movimiento Sumar´) de cara a los comicios para “poder garantizar la participación de personas independientes y profesionales en la confluencia», según han indicado a los medios fuentes de la plataforma. El registro de Movimiento Sumar permite a Díaz incluir en las listas personas ajenas a cualquier partido que finalmente se sume a la coalición, algo coherente con el carácter `ciudadano´ que la candidata siempre ha ligado a su proyecto.

Izquierda Unida, En Comú Podem o Alianza Verde ya han declarado su compromiso con el proyecto. Otras formaciones, si bien han mostrado su predisposición, sí que han querido dejar claros públicamente sus intereses desde un principio. En el caso de Más Madrid, Mónica García ha indicado que apoyará a Sumar “sin condiciones ni líneas rojas”, aunque ha subrayado la importancia de que cada partido tenga en cuenta de cara a las negociaciones sus resultados en la última cita con las urnas. Compromís, por su parte, exige a Díaz liderar la marca en la Comunidad Valenciana. Los valencianos no quieren renunciar a su identidad, y piden encabezar las listas de las capitales de su autonomía. Asimismo, el partido no está conforme con compartir papeleta con Podem, factor que ya se ha ganado las críticas de Iglesias.
Pero, sin duda, las conversaciones que más inquietan a la izquierda son las de Díaz y los morados. Tras el anuncio de Sánchez, Ione Belarra apuntó que Podemos seguiría “donde ha estado siempre, trabajando por la unidad”, e informó sobre el inicio de estas negociaciones con Sumar. Para la secretaría general certificar el acuerdo es «la única condición para que las transformaciones profundas se produzcan lo antes posible para toda esa gente que ha visto que en vez de hablar de los problemas de la gente la derecha política ha logrado vencer».
Iglesias, por su parte, apuntó irónicamente esta semana en la Cadena Ser que en caso de no llegar a un pacto la gente los correría “a gorrazos”.
El 28-M abre un nuevo escenario
Las líderes de ambas formaciones deberán dejar atrás los desencuentros de los últimos meses y centrarse en lograr un acuerdo exprés que facilite la coalición. La relación nunca ha sido sencilla. Desde la famosa foto protagonizada por Díaz en Valencia en el acto `Otras políticas´ de noviembre de 2021, al que no fue invitada ninguna cara visible de Podemos, la relación se ha ido enturbiando cada vez más. El fundador del partido morado, Pablo Iglesias, ha mantenido desde entonces un pulso mediático con Díaz que han secundado Belarra y Montero. Si nos situamos ya en los últimos meses, las negociaciones por la integración no han fructificado debido a la negativa de la titular de Trabajo a elaborar las listas electorales a través de unas primarias abiertas, exigencia de los morados que no fue aceptada por la líder de Sumar y que derivó en la ausencia de las cabezas visibles de Podemos en la puesta de largo de largo de la vicepresidenta el pasado mes de abril en Magariños.
Los malos resultados de Podemos el 28-M lo dejan en mala posición de cara a la apresurada negociación
No obstante, la plácida convivencia de ambas formaciones durante la campaña del 28M ha servido, sin duda, para distensionar el terreno de cara a la presente negociación. Díaz, después de muchas incógnitas, estuvo presente finalmente en actos de diversos partidos de la izquierda, incluido Podemos. De hecho la vicepresidenta llegó a pedir expresamente el voto para algún candidato morado, como fue el caso de Héctor Illueca. Sólo una acometida de Belarra prácticamente al cierre de campaña, en la que denominó a Más Madrid de “izquierda cuqui”, caldeó un ambiente que se ha mantenido cordial las últimas semanas entre las fuerzas políticas a la izquierda del PSOE.
Los pobres resultados de Podemos en las autonómicas parecen obligar al partido a asumir su nuevo rol en una hipotética coalición. Los comicios han evidenciado un cambio en el reparto de poder del espectro político. Su desaparición en varias comunidades y su papel secundario en algunas de ellas respecto a otros socios de Díaz como Más Madrid no deja a los morados en buena posición para presentar demasiadas exigencias a Sumar. Además, el escaso plazo hace complicado cumplir con la principal exigencia del partido en los últimos meses, aunque Iglesias no ve imposible la posibilidad de unas primarias `exprés´. “En Podemos hay voluntad, nos ponemos y las hacemos rápido. Pero nos van a decir que en diez días esto no se puede hacer”, ha declarado un ex vicepresidente del Gobierno que, por otro lado, ha admitido que hoy por hoy “Errejón, Baldoví o Mónica García son las personas que tienen que mandar más” en Sumar.
En el caso de Sumar, las negociaciones con Podemos las dirige Josep Vendrell, jefe de gabinete de Díaz que fue diputado en el Congreso por los comunes. En cuanto a Podemos es su secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, quien está dirigiendo las conversaciones. Tras un primer contacto entre las mandatarias, son ahora los equipos negociadores los que llevan la batuta.